Es innegable que las personas deben ser el centro de toda obra o proyecto. En tecnología, las cosas han sido muy distintas. Y es que, pese al descomunal desarrollo que exhibe la tecnología, la misma no parece buscar servirle a la gente, ni solucionar los males que golpean a la humanidad.
Se advierte que en la mayoría de los casos el desarrollo de la tecnología proviene de objetivos ajeno al mejoramiento del hábitat de las personas. ¿Verbigracia? El internet nació como herramienta de espionaje, para luego convertirse en lo que hoy conocemos.
Se observan grandes incongruencias entre tecnología y desarrollo económico-social, por lo que hay que tildar de incompatible el momento de la fastuosa televisión digital, adjunto a transmisiones en el desfasado sistema análogo.
Pero y qué decir de la salida al mercado de los televisores 4K, los cuales fueron sacados de los escaparates de muchas tiendas, debido a que ni siquiera contaban con demos para exhibirse, ni con plantas televisoras capaz de difundir imágenes en esta tecnología de punta .
En el renglón de la salud es donde la tecnología demuestra su lado triste y pesaroso. Y es que los grandes laboratorios farmacéuticos parecen estar más interesados en los pingües beneficios económicos de los medicamentos, que encontrar la cura de enfermedades letales que padecen millones de seres humanos alrededor del mundo.
A veces cabe preguntarse, ¿tecnología para qué?, pues resulta sintomático que países pioneros en la astronomía como Rusia, que hasta llevó una perra al espacio, y sin embargo no fue capaz de detectar la roca espiral que explotó sobre los Montes Urales, hiriendo un promedio de mil personas el 15 de febrero; igualmente la NASA, que llevó a Armstrong a pisar la Luna, llame ahora a rezar ante la amenaza de un asteroide o meteorito.