Opinión

Tengo miedo

Tengo miedo

Quienes todavía se deleitan con las poesías, sé que al leer el título de esta entrega, sintieron un pálpito en sus corazones, y el nombre de Pablo Neruda hizo presencia en sus recuerdos ante el título de uno de sus poemas. ”Tengo miedo. La tarde es gris /y la tristeza del cielo /se abre como una boca de muerto, /tiene mi corazón, un llanto de princesa olvidada /en el fondo de un palacio desierto”.

El laureado chileno envolvió los corazones hispanoamericanos y los hizo vibrar con su poesía, impregnada de delirio, de amor, de desamor y de compromiso social.

Todavía memorizamos: ”Se muere el universo de una calma agonía sin la fiesta del sol en el crepúsculo verde”.

Nadie como Neruda supo ganarse los corazones con palabras certeras. Así termina, por ejemplo,  este poema: ” Y por la vastedad del vacío van ciegas las nubes de la tarde, como barcas perdidas que escondieran estrellas rotas en sus bodegas Y la muerte del mundo cae sobre mi vida.

Sin embargo, el miedo que siento, no es igual al de Neruda, es por el destino de mi país. Cuando escuché  al presidente Leonel Fernández decir que el PLD está ”destinado” a gobernar hasta el 2036, partiendo, claro está, de la crisis que consume al PRD, me dije que, si este hombre, quien es un gran conocedor del Estado y debe saber qué callar y qué decir, se expresa de esta forma, es un indicativo de que pocas personas han valorado que la crisis del PRD, podría degenerar en un desorden mayúsculo que afecte sensiblemente la gobernabilidad.

Nuestro país carece de un liderazgo real. Los dos partidos del sistema: el PLD y el PRD, presentan inercia preocupante, ausencia de ideología y olvido de la colectividad.

Y para hacer más tétrico el escenario, Hipólito Mejía y Miguel Vargas, han deteriorado sus liderazgos. Y en cuanto a Leonel Fernández, no hay dudas, de que su figura está muy deteriorada y su estrella en declive.

Entonces, ¿qué le queda a la nación ? Hasta el momento, solamente la inquebrantable fe en el presidente Danilo Medina, quien, a pesar de estar gobernando un país con grandes problemas, su estilo sencillo, su vocación de servicio, su amor por el país, sus notables deseos de hacerlo bien, nos empuja a ayudarle a gobernar, a sabiendas, de que la falta de un equilibrio en el liderazgo, es una amenaza constante para nuestra imperfecta democracia.

Que quede bien claro, quienes juegan a la división  en el PRD, no alcanzan a comprender, que la gobernabilidad y la estabilidad social del país, dependen, en gran manera, de un PRD fuerte y unido. El PLD sin el PRD no tiene sentido, y ahora más, que son partidos gemelos: maquinarias electorales, sin ideología y sin amor a la colectividad.

Pero, Neruda sigue apasionando más que la política. ” En mis ojos una pregunta existe. Y hay grito en mi boca que mi boca no grita? No hay oído en la tierra que oiga mi queja triste abandonada en medio de la tierra infinita”. Yo tengo miedo.

El Nacional

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