Opinión

Tesis de los espejos

Tesis de los espejos

Deseo insistir en que para evaluar algo o a alguien, hay que tomar en consideración las circunstancias en las cuales se ha debido ejercer la labor que está siendo valorada. Es cierto que todos los gobiernos están sometidos a las características esenciales del contexto en que se desarrollan, pero es innegable que unas son más difíciles que otras, sobre todo si se trata de cuñas de idénticos palos.

 Forzar al Presidente a que se embarque en procesos extremos de confrontación, es un abuso al que no se tiene derecho por las terribles consecuencias que eso puede implicar para la gobernabilidad del país, echando por la borda las posibilidades de alcanzar aun sea pírricos objetivos.

 Claro que muchos quisiéramos una mayor dosis de ruptura con un pasado que nos genera repulsión, pero estamos en el deber de comprender que el presente no se trata de ningún proceso revolucionario ni nada parecido. Nos estamos moviendo dentro de parámetros iguales en sentido general y, por el momento, solo es viable aspirar a lo posible, dentro de un sistema que, por sus lacras profundas y juegos perversos de intereses, no da para mucho más.

 En ese escenario, y con las profundas limitantes que le impone la lógica del poder, Danilo Medina ha recurrido a lo que he denominado la tesis de los espejos. No confronta, no alega errores del ayer, no enmienda planas, pero procede con una estética diferente, acude a otros mecanismos de actuación y resulta imposible no comparar eso con otras maneras. Se trata de recurrir a un estilo que va mucho más allá de lo formal, para tocar, sin estridencias, un fondo que surge, de forma natural, cualitativamente superior. Nunca ha ponderado la puntualidad, pero no llega retrasado.

 Estoy convencido de que ahí ha radicado una parte importante de la clave de su éxito. La mayoría de la población ha captado el mensaje, lo ha valorado, y el respaldo no se ha hecho esperar. Por eso su elevada puntuación en las encuestas, por eso todavía la gente no exige más de lo que sabe que no es posible obtener en tan corto tiempo y con tantas rémoras heredadas. Habrá momento para reclamar que los ritmos sean acelerados. Para eso es necesario aguardar que la nave se desplace por mares menos tempestuosos.

 ¿No estará en la tesis de los espejos, asumida por el Presidente, la explicación de la pésima valoración de otros?

El Nacional

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