¿Qué Pasa?

Testigo

Testigo

El nombre del profesor Juan Bosch era muy recurrente en las conversaciones que, siendo un niño, escuchaba en boca de nuestros padres y nuestra abuela materna.

Tanto así que en nuestras cavilaciones infantiles llegamos a suponer que se trataba de un familiar muy cercano.

Una tarde escuché cuando mi padre  comentaba con unos vecinos la noticia de que Don Juan se había marchado del  PRD.

En ese entonces sentí mucha pena, porque suponía que con esa separación perdíamos a un familiar.

  Al lado de mi hogar había una barbería, cuyos propietarios, Damián y Franco, dos veganos, recibían cada tarde a uno que otro dirigente del partido blanco,  convirtiendo aquel lugar  en una especie de comando de campaña.

Entre la lectura de la revista Ahora! razón por la que a diario entrábamos a la barbería, las conversaciones de “gente grande”, como llamaba nuestra abuela a esos encuentros y mi  prematuro rechazo a los repudiables 12 años de Joaquín Balaguer, pasaron esos años de mi niñez en Villas Agrícolas.

A través de Vanguardia del Pueblo, periódico fundado por Don Juan en su nuevo partido, el de la Liberación Dominicana, comenzamos a familiarizarnos con el pensamiento del profesor.

Ayer, gracias a Matías Bosch, director de la Fundación Juan Bosch, recibimos tres libros puestos a circular por la entidad con el fin de contribuir al desarrollo de una conciencia crítica a través de la discusión de las ideas.

Además de los cuentos escritos por Bosch en Venezuela, recibimos “La izquierda, las elecciones y el poder en América Latina” y “La política no es un negocio”.

 Mi gran sorpresa fue reencontrarme en este último  libro con los artículos escritos por el profesor Bosch en Vanguardia del Pueblo sobre la forma criolla de hacer política.

Cada entrega despertó recuerdos de esos tiempos idos cuando los miembros del PLD salían a las calles a vender el periódico en busca de fondos para el partido.

De cuando en vez asomaba una sonrisa  por la acerdada valoración del profesor sobre el accionar de gente que llegaba desde los estratos más pobres de la población a asumir cargos públicos y en poco tiempo exhibía una bonanza económica que ofendía la pobreza de la mayoría. Terminada la lectura de  la obra, sólo nos  resta decir: nada ha cambiado profesor!

El Nacional

La Voz de Todos