¿Qué Pasa?

Testigo

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Las horas se acercan y esta tarde, a partir de las 6:00 el jurado responsable de nominar en el área Clásica se reúne en la casa de la Asociación de Cronistas de Arte (Acroarte), a deliberar sobre lo más resaltable en el año 2010 de cara a los premios Casandra.

Mañana, el jurado del área Popular y el domingo de Comunicación tendrán la responsabilidad de, a partir del lunes, fortalecer o debilitar una institución que durante más de 25 años ha luchado por mantenerse a flote en medio de los vendabables originados por las pasiones de quienes se consideran merecedores de una nominación, y por ende, de un premio.

Pero hay un punto neurálgico con el que se ha tenido que luchar y todavía hoy, más que nunca, se continúa en esa labor titánica, producto de la inconciencia y la conducta necia y dubitativa de algunos miembros de Acroarte: el cabildeo.

A principio de semana conversaba con algunos miembros de la instutición sobre las debilidades de la música y la comunicación durante el 2010.

Comentaba a uno de esos colegas que el panorama se veía tranquilo. Pero desde el pasado miércoles el proceso de cabildeo comenzó a salir a flote.

Lo penoso es que para algunos es tan “normal”, aunque vergonzoso, que un artista o comunicador haga, o utilice los “servicios” de un (a) cronista para hacer una labor de zapa.

Comentaba esta mañana a un ex presidente de Acroarte que este proceso de nominaciones que inicia hoy es muy diferente a los demás, porque de lo que surja el próximo domingo, que es cuando se darán a conocer los nominados, Acroarte saldrá fortalecida o debilitada. Y todos los cronistas, sin excepción, tienen el compromiso, la obligación, de que el resultado sea el que más convenga a la institución. Ayer, en Qué Pasa! el presidente de Acroarte, Feliz Vinicio Lora, hizo un emotivo y enérgico llamado a todos los miembros para que nominen con conciencia, apegados a la ética y a  la objetividad. Ojalá que este llamado no haya caído en saco roto, para que en marzo próximo no pasemos por la verguenza que hemos pasado en las dos últimas entregas, de ver cómo la inconciencia ha colocado en manos inmerecidas  una estatuilla del Casandra.

El Nacional

La Voz de Todos