¡Con estadios viejos!
El gobierno de Colombia y la Alcaldía de Barranquilla muestran al mundo la importancia de darle mantenimientos a los estadios deportivos.

En los XXIII Juegos Deportivos Centroamericanos y del Caribe 2018, Barranquilla utilizará cuatro instalaciones que entre todas tienen 284 años de construidas.

Dos serán usadas en el fútbol, una en baloncesto y la otra, es el Estadio Olímpico.
El estadio de fútbol Romelio Martínez tiene 84 años funcionando y es considerado escenario mítico de Barranquilla.

Por décadas los aficionados al fútbol se dieron cita allí para presenciar los mejores momentos del equipo local profesional, el Junior, así como la Selección departamental del Atlántico y la de Colombia. Fue inaugurado en 1934 con motivo de los Juegos Nacionales del año siguiente y sede de los Centroamericanos y del Caribe de 1946.

Para los Centroamericanos del 2018 la cancha es sometida a una profunda remodelación que incluye reorientación del campo de juego y nuevas tribunas, respetando la tribuna de sombra que gracias a su estilo Art Déco es patrimonio arquitectónico del país.

El estadio Julio Torres tiene 96 años y fue bautizado en honor a uno de los primeros goleadores destacados de la ciudad, quien se hizo famoso por su poderoso remate y su instinto para llegar al tanto.

Ese estadio, considerado el primero del país, fue construido en el 1922 para el desarrollo del fútbol aficionado y en el 2006 fue declarado patrimonio cultural y deportivo de la Nación.
Es remodelado para los venideros Juegos del 2018, con iluminación LED de alta tecnología, tribunas nuevas y un gramado artificial
de última generación.
El coliseo Elías Chegwin, construido en el l946, tiene 71 años y lleva ese nombre rindiendo homenaje a ese destacado basquetbolista, quien durante los años 30, además, fue un entusiasta líder cívico.
La otra legendaria instalación que será utilizada en los XXIII Juegos Centroamericanos, es el metropolitano que tiene 32 años en uso y una capacidad
de 42 mil 700 fanáticos.

Es el Estadio Olímpico

y fue bautizado en 1991 en honor al delantero y director técnico Roberto ‘Flaco’ Meléndez, quien se consagró campeón con la Selección Atlántico en 1930.

Será el ‘estadio centroamericano’ durante la justa, albergando las ceremonias de apertura y clausura, además del atletismo.

¡Qué interesante saber que estas legendarias instalaciones serán hogar de lo que se espera sean los mejores Juegos Centroamericanos y del Caribe.

Un ejemplo, ¿verdad?

¿Por qué aquí no ocurre lo mismo, cuidando las instalaciones?

Quizás porque cuidarlas sería “atentar” contra los intereses de políticos asociados en complicidad con
“dirigentes” deportivos, ingenieros, constructores, etc., que tradicionalmente se benefician de la irresponsabilidad del Estado.