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Héctor García

Sanciones ejemplares
Hace una semana que un “caso insólito”, lleno de contradicciones, viene ocupando principalía en los medios de comunicación deportiva del país. Llama la atención el hecho de que el “caso insólito” sea protagonizado por un joven dirigente deportivo, que dicho sea de paso, es el que más posiciones ejecutivas tiene dentro de esta rama en el ámbito nacional. Se trata de Junior Arias Noboa, presidente de la Federación Dominicana de Esgrima, quien fuera acusado por un grupo de atletas de maltratos e incumplimientos diversos, razones por las cuales, los expulsó de la entidad.

Noboa, quien además es funcionario del Ministerio de Deportes, miembro del Comité Ejecutivo del Comité Olímpico Dominicano y Jefe de Misión para las Olimpiadas de Río de Janeiro 2016, después de las suspensiones de atletas y entrenadores inició una serie de acusaciones que se han llevado por delante, ni más ni menos que al presidente del Comité Olímpico, Luis Mejía Oviedo.
En una primera acusación dijo que Mejía Oviedo encabeza una trama en su contra, junto al técnico cubano Tony Mesa, con el único objetivo de “hacer daños a la gestión del ministro Jaime David Fernández Mirabal”. ¡Eso es grave!
Posteriormente, dio marcha atrás a la acusación y solo involucró a Tony Mesa. Al día siguiente, en un programa de televisión, reitera la acusación a Mejía y dos días después volvió a recular y dijo que el presidente del Comité Olímpico no tenía nada que ver con la “campaña”. ¡El daño está hecho!.

Ese mismo día, Arias Noboa amplía su radio de acusaciones y agrega al periódico El Nacional, del cual se atrevió a decir que una de sus columnas es escrita en la sede del máximo organismo deportivo, para conspirar contra su persona. ¡Nada más vil!
Este enredo de acusaciones y desmentidos, realizados por la misma persona y que por su peligrosidad intranquilizan al sector deportivo, necesariamente necesitan una reacción con firmeza y claridad.

Hay que proceder en lo inmediato con firmeza, pero con prudencia para no darle pretextos para escalar el diferendo.
El señor Noboa está metido dentro de un círculo vicioso de maltratos y ejerce una cierta rebeldía que le impide ver con claridad la madeja conspiradora que viene ejecutando.
Por esta y otras razones es que se impone, pero ya, una sanción ejemplar, porque a mi manera de ver las cosas, detrás de todo esto, hay un plan bien coordinado que podría desatarse en cualquier momento y traer funestas consecuencias
al deporte nacional.
¡Ojo con eso!

El Nacional

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