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Toro bravo regaló Perón al dictador Rafael   Trujillo lo mató el vaquero Montás

<P>Toro bravo regaló Perón al dictador Rafael   Trujillo lo mató el vaquero Montás</P>

Los regalos y las distinciones mutuas son  características que tradicionalmente han normado las buenas relaciones entre  dictadores.

(Trujillo-Machado-Franco-Rojas Pinilla). En ese contexto, a mediados del siglo pasado, en ocasión de su  fecha natalicia,  Rafael L. Trujillo recibió de su homólogo, el dictador argentino Juan Domingo Perón, un precioso ejemplar vacuno.

“Pampero” se llamaba el  animal  de pura sangre inglesa, procedente de  padrotes  orientales seleccionados juiciosamente por  los veterinarios que laboraban en las estancias ganaderas del líder del justicialismo.

Fue embarcado en una amplia jaula de madera, pulcramente confeccionada con  gruesas  colchas  multicolores de buen grosor que  protegían al animal del impacto de plagas y enfermedades. Era una especie de “carroza”  donde Pampero se movilizaba con libertad.

La responsabilidad de retirar el  ejemplar  del puerto de Santo Domingo hasta la hacienda Fundación, en San  Cristóbal  fue confiada por el  la administrador de la finca, don Raúl Barrientos,  al cabo del Ejército, Roberto de la Rosa  (Cabo Montás),  el vaquero principal de la propiedad del dictador.

“Pampero” era inmensamente  arisco y peligroso, cualidades que posiblemente  aumentaron  al impactar un clima diferente a su país de origen.  Para  trasportar el furgón desde el barco a tierra firme, fue necesario  utilizar una docena de hombres, debido a los múltiples y continuos movimientos del feroz  animal.

Cuando  en la hacienda Fundación tocó tierra,   el padrote   la emprendió contra todos los objetos que encontró a su lado, provocando una estampida en el personal de la estancia campestre y derribando  varias de las viviendas que ocupaban los empleados.

Preocupado por el peligro que representaba el furioso animal, el cabo Montás, pistola al cinto, montó a caballo y   provisto de varios lazos accionó para someter al toro a la obediencia, lo que  le resultó imposible. “Pampero” embistió violentamente el caballo  de Montás y  a cornadas limpias malogró al animal, ante la mirada impotente del jinete, quien   salvó la vida milagrosamente al  tomar como destino un frondoso mango de los tantos que existían en la hacienda, absorto y confuso,   tratando de alcanzar  estrategias para dominar el  vacuno, el cabo Montás  descendió del  mango  y tan pronto  Pampero sintió su presencia  la emprendió contra el militar,  que para salvarse se vio precisado a disparar en la frente del animal, cegándole la vida.

Cuando  el administrador de la hacienda Fundación  informó a Trujillo lo sucedido, el dictador en forma  grosera  reclamó la presencia del cabo  Montás y de manera frenética  y dictatorial  requirió explicaciones sobre la muerte del animal que le había regalado su amigo argentino.

Trujillo  no permitió que Montás  narrara lo sucedido y de inmediato ordenó su cancelación y  confinamiento por tres meses en  solitarias de la fortaleza Ozama, en Santo Domingo.

A su salida de la cárcel el cancelado vaquero  siguió siendo acosado por miembros de los servicios de seguridad de Trujillo, al extremo que tuvo que  trasladarse con su familia  a Higüey, donde recibió la protección y el cuidado de su tío, el padre Bernardo Montás, intimo amigo de Trujillo.

UN APUNTE

El asedio

Luego de que el cabo Montás tomara la decisión de dispararle al toro, “Pampero” de Trujillo, el dictador le mandó a llamar y le encrespó por el asesinato del animal, imponiéndole como castigo la cancelación y tres meses de cárcel.

EN NUMERO

3

meses de prisión cumplió el cabo Montás del Ejército, vaquero de la hacienda Fundación, por matar el toro de Trujillo.

El Nacional

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