Opinión

Totalitarismo mediático, para imponer un dogmatismo irracional

Totalitarismo mediático, para imponer un dogmatismo irracional

Es imposible hacerse el loco, abstenerse de sentir y ver lo que nos está sucediendo como sociedad. Permanecer impasible, como si fuésemos muertos en vida, unos zombis. Esto solo tiene una definición bien clara, y se llama cobardía. Los especialistas en analizar diariamente nuestra situación, se circunscriben a comentar las noticias de los periódicos y muchos, cometen la osadía, hasta de decirnos cómo debemos interpretarlas. Malaya sea.

 Cosas que nos pasan por el frente, ni siquiera las vemos y, mucho menos, las escuchamos. Ya no nos sorprenden o impresionan las argumentaciones de algunos políticos-abogados, empresarios mediáticos, de esos que se han hecho millonarios con programitas que apenan dan para pagar el espacio pero, ellos son millonarios, dueños, amos y señores de medios de comunicación, que con su lenguaraz  imponen su criterio podrido,  impregnado de veneno, para defender las “más innobles causas” con tal de saciar su ambición y las de a quienes defienden con su acción, que más bien, parece un  cuchillo puesto en la garganta de quien sea.

 Critican todo y a todos. Ellos son infalibles y algunos, más que empresarios, parecen visitadores a médico, porque al salir de los programas, el resto del día es para visitar cuantas oficinas gubernamentales o empresariales puedan cubrir, porque en verdad esa es la fuerza de sus programas… ¡el chantaje! Si no consiguen lo que quieren, al día siguiente comienzan una malditacampaña de desinformación sobre aquel funcionario que le negó la comida a la boa.

Hay algunos tan descarados, pero tanto, que en ocasiones los hemos escuchado despotricando contra las fuerzas armadas y la policía nacional, por la cantidad de miembros que se encuentran fuera de los cuarteles, en vez de estar patrullando o prestando servicio de seguridad general a la ciudadanía pero, vaya usted a ver, que estos magnates andan con guardaespaldas, centinelas militares con armas largas en sus casas, incluyendo militares y policías con rango de oficial superior, llegando al colmo, que hasta generales les prestan este tipo de servicio a ellos, sin tener mérito alguno para eso, pero no dicen nada.

Inmorales, desaprensivos, cuyo mayor virtud es tratar de manipular descaradamente a la opinión pública, echando por el suelo y embarrando a todos aquellos profesionales de la comunicación que llevan a cabo su labor de manera ejemplar y dentro de los mayores niveles de ética y moralidad.

Frente a ellos y en apariencia, solo nos queda guardar silencio, sí, ese silencio cobarde, que nos esclaviza ante una clase espuria que se ha enquistado dentro del poder mediático pretendiendo quitarle a la sociedad la capacidad de crítica.

 Al parecer, se han adueñado de la iniciativa que debiera tener el pueblo, dentro de un estado político libre y democrático, para argumentar los acontecimientos diarios, que al fin y al cabo constituirán el mañana, la historia. Son ellos y solo ellos  los que poseen el criterio para decir lo que es y lo que no es, mientras tanto, el pueblo permanece callado, sumiso, quien sabe esperando que o a quien para ponerle coto a esta situación.

En ocasiones, me cuestiono, si colapsó el liderazgo en nuestro país. Si en verdad estos negociantes, empresarios y algunos, además políticos, esos mismos descarados –reitero–, que hablan de la desprotección que sufre el pueblo, de la inseguridad en las calles por falta de agentes y militares en las mismas, mientras ellos, sin mérito alguno, se pasean orondos por nuestras calles, rodeados de guardaespaldas, que precisamente, son militares y policías, sí, me cuestiono si en verdad son intocables. ¿Acaso esto es una forma de pago por sus servicios mediáticos?

 Claro que esos son inventos míos, no hagan caso, pero, si se, que si continuamos perdiendo nuestro derecho a la crítica y la argumentación, como ya han expresado algunos pensadores, después no gritemos como mujeres lo que no pudimos defender como hombres, porque eso, solo eso y precisamente eso, es lo que nos puede salvar del totalitarismo en cualquiera de sus manifestaciones  y peor aún, del dogmatismo de lo irracional.

 Y para que conste, para que no se olvide, lo de los cueros, mega chulas, prostitutas, chicas beeper o celular, mujeres de la vida alegre, trabajadoras sexuales o como mejor les quieran llamar, eso es una cosa, pero ¿y la otra?… ¿Y de los rayos X… qué?… ¡No j…! ¡Sí, señor!

Twitter:@rafaelpiloto01

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