Economía

Tras la burbuja, los bancos hacen de agentes inmobiliarios en España

Tras la burbuja, los bancos hacen de agentes inmobiliarios en España

MADRID, 01 Jun 2013 (AFP) – Convertidos en los primeros agentes inmobiliarios de España, los bancos, que cargan con una pesada losa de viviendas y terrenos embargados, multiplican sus esfuerzos para venderlos, lo que provoca el malestar de un sector siniestrado desde el estallido de la crisis.

Una visita al salón inmobiliario de Madrid, que se celebra hasta el domingo, permite tomar el pulso a esta actividad. “Ha bajado muchísimo la afluencia”, reconoce Juan Alfonso de la Calle, asesor de la promotora Luante.

“Hace unos años ocupábamos cinco pabellones, ahora la mitad de uno, y con muchos más bancos”, agrega.

Sus estands son gigantescos y sus ofertas, tentadoras. “Desde 25.200 euros tu apartamento en la playa”, propone Solvia, filial de Banco Sabadell, mientras Altamira, de Santander, ofrece bajar un “10% adicional sobre unos precios que ya están muy rebajados”.

 “No es ningún secreto, todo el mundo lo sabe que ahora mismo los mayores tenedores de viviendas son los bancos”, explica José Luis Ruiz Bartolomé, autor del libro “Adiós, ladrillo, adiós” sobre la burbuja española, que estalló en 2008.

“Es lógico por las circunstancias de cómo han ido quebrando las entidades: las clásicas promotoras han ido muriendo”, agrega. También los bancos “han embargado muchos pisos, entonces al final acumulan un montón de viviendas”, precisa.

La víctima más reciente, el gigante inmobiliario Reyal Urbis, presentó concurso de acreedores en febrero: la segunda mayor quiebra de la historia española, cinco años después del récord absoluto, también en manos de otro promotor, Martinsa Fadesa.

Y los que sobreviven lo hacen, en su mayoría, mal que bien, con dificultades para devolver un crédito de cada cuatro, lo que lleva a los bancos a nuevos embargos.

Así que, en un país donde los precios no dejan de caer y 700.000 viviendas nuevas no encuentran comprador, los bancos tienen prisa por vender.

En el primer trimestre de este año, Santander vendió 4.500 viviendas, con un descuento medio de 51%, y ahora solo cuenta con 42.000 bienes inmobiliarios. En el conjunto del año, espera vender 20.000.

También BBVA quiere ir deprisa: entre enero y marzo negoció la venta de 3.059 propiedades, es decir 167% más que un año antes.

Pero este frenesí genera una cierta amargura en los agentes históricos del sector inmobiliario. “Estamos en una situación de desigualdad frente al banco”, denuncia Juan Antonio Gómez-Pintado, presidente de la promotora Vía Célere, subrayando que el acceso al crédito, tan difícil para ellos, es un problema que no tienen los bancos.

En el salón, Aliseda, de Banco Popular, juega esta carta, con un gran cartel en el que anuncia sus condiciones de financiación, que cubren el 100% de la compra con una amortización de hasta 40 años.

 Servihabitat, de La Caixa, dice incluso a sus clientes: “tu propones el precio”.

BBVA recuerda sin embargo que ayudó a la promotoras a vender 800 viviendas en el primer trimestre. Y sobre las 4.600 propiedades vendidas por Servihabitat en ese periodo, una parte correspondía también a ventas de promotoras financiadas por el banco.

Esta asociación aparece, de hecho, como una buena solución. Luante propone así un conjunto de 58 viviendas en Getafe, cerca de Madrid, en colaboración con Banco Popular.

Propietario del terreno, Popular aporta el crédito y permite grandes descuentos: “un piso vendido hoy 257.000 euros valía unos 600.000 antes de la crisis”, explica De la Calle, admitiendo que sin la ayuda del banco “sería muy difícil porque hay un problema de acceso a la financiación”.

En términos globales, los bancos tienen “una sobreexposición al sector inmobiliario que habrá que disminuir”, señala José Luis Suárez, profesor de la IESE Business School de Madrid, considerando que se trata de “un matrimonio forzado”: “creo que hay poco interés de la banca en el sector” inmobiliario, “lo que querían era el cliente final” de un crédito hipotecario, concluye.

El Nacional

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