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Trujillo declinó seguir  Presidencia en 1938

Trujillo declinó seguir  Presidencia en 1938

A principios de enero de 1938, hace ahora  73 años, el presidente Rafael L. Trujillo anunció sus firmes propósitos de no aceptar un tercer período, no obstante el “insistente reclamo popular”. En cambio, propuso la fórmula Lic. Jacinto B. Peynado, presidente y  Manuel de Js. Troncoso de la Concha, vicepresidente.

Apoteósicas manifestaciones pidiendo  que el Jefe desistiera de esta idea se efectuaron en todo el país, sin lograr materializar las aspiraciones de los organizadores, ya que Trujillo ratificó públicamente su  “inquebrantable decisión de entregar el poder”.

El Partido Dominicano (PD), brazo político del incipiente dictador, en medio de la “mayor tristeza”, dando pruebas de “organización disciplinada”, acató al fin la postura de Trujillo, y en una convención efectuada a fines de febrero del mismo año, proclamó el binomio Peynado-Troncoso.

En las elecciones del 16 de mayo los resultados finales fueron arrolladores para el PD,  al obtener 319,680 votos contra ninguno, decretándose automáticamente  el triunfo de Peynado. Al vencer el plazo establecido y haciendo galas “hombre apegado a los principios constitucionales”,  Trujillo entregó “humildemente” el mando haciendo la transmisión pacífica. A su vez, Peynado, para corresponder a las bondades del Jefe, le confirió     los mismos privilegios que le corresponderían si fuera el titular de la Presidencia de la República.

A su madre y a su esposa le otorgó el tratamiento de Primeras Damas de la República, y en tal sentido, hubo tres primeras damas en el país, contando con la esposa del propio Peynado. Además, ninguna novedad ocurrió en el Palacio Nacional, ya que el generalísimo siguió como de costumbre, dando órdenes y emitiendo decretos y disposiciones.

A principios de marzo de 1940, poco antes de cumplir dos años de ejercicio presidencial,  Peynado falleció, convirtiéndose en el primer presidente que muere por causa natural en plena función. Le sustituyó el vicepresidente  Troncoso de La Concha, que continuó la línea de su antecesor, dejando todas las atribuciones que le pudieran corresponder en manos de Trujillo.

Para que el Jefe  realizara con la mayor eficiencia sus responsabilidades, le fue creada una nueva cartera dentro del gabinete: La Secretaría de Estado del Despacho del Generalísimo. Además, el gobernante promulgó una ley que dispuso que en las escuelas y oficinas públicas se colocara el retrato del generalísimo  al lado de los de los Padres de la Patria y que siempre que se imprimiera o grabara la efigie de los próceres se pusiera junto a ellos la efigie de Trujillo.

En enero de 1942 el Congreso acogió la sugerencia del Generalísimo para que las mujeres quedaran en condiciones de  concurrir a las urnas en las  elecciones del año siguiente. La misma reforma suprimió la vicepresidencia de la República y extendió el mandato presidencial a 5 años.  Trujillo concurrió como candidato único y obtuvo un total de 581,937 votos, lo que aumentó considerablemente, como se esperaba, con el voto femenino.

Una propuesta del presidente de la Cámara de Diputados,  Manuel A. Peña Batlle, en el sentido de que se entregara inmediatamente el Poder a Trujillo después de  las elecciones, fue  secundada en todos los rincones del país. El Presidente Troncoso accedió a tan “patriótica iniciativa” y renunció a la primera Magistratura del Estado  el 17 de mayo y  de inmediato Trujillo asume la alta posición.

 La decisión de renunciar a optar por un nuevo período presidencial fue atribuído por los áulicos de Trujillo “a su interés por el fortalecimiento institucional del país”, en realidad la declinación obedeció al escándalo internacional que provocó la matanza masiva de haitianos en la zona fronteriza.

El Nacional

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