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Trujillo y las festividades

Trujillo y las festividades

En la Era de Trujillo, durante todo el año,  los dominicanos renovaban el juramento de fidelidad y gratitud al dictador. No había  una ni dos  fiestas, sino una sola fiesta que siempre empezaba de nuevo: La fiesta de Trujillo.

Con esa intención Trujillo y sus adláteres supieron sobreponer las fiestas y conmemoraciones unas sobre otras, creando grupos de imágenes  en el sentimiento de la gente. Por ejemplo, el Día de la Bandera se  celebraba el mismo día de San Rafael, fecha del nacimiento del dictador y patrono de San Rafael de Yuma y de Elías Piña, mientras  el Día de los Deportes, 18 de febrero,  coincidía con el cumpleaños de su hijo Ramfis.

 Por decisión expresa del Congreso Nacional, el Día de las Madres era también el “Día de doña Julia Molina vda. Trujillo”. La madre del dictador, oficialmente engalanada con el titulo de “excelsa matrona”, se convirtió en la madre de todos los dominicanos. 

Siguiendo el mismo modelo, el Día del Padre se declaró “Día de don José Trujillo Valdez”, padre del benefactor, mientras que el día de las asociaciones obreras y campesinas correspondía a la gran fiesta del 21 de enero, día de Nuestra Señora de La Altagracia, patrona del pueblo dominicano.

Las festividades de Nuestra Señora de Las Mercedes, el 24 de septiembre, también era el Día de la Patria Nueva y de la Restauración Financiera, ya que  coincidía con el aniversario del Tratado Trujillo-Hull.

 La gloria alcanzada por Trujillo durante los 31 años de su mandato también puede medirse por el número de condecoraciones, medallas y títulos honoríficos que logró concentrar.

No pasaba una semana sin que se anunciara que el Jefe había sido nombrado presidente de honor de determinada institución, hijo adoptivo o predilecto de tal ciudad, o que un embajador le entregara una condecoración extranjera.

Las cientos y tantas distinciones honoríficas de las que se hizo acreedor el dictador no eran signos de pacotillas, sino instrumentos políticos hábilmente manejados por la propaganda política. “Cada medalla es una garantía para un futuro siempre incierto”, afirmaba Trujillo, según narraciones de don Emilio Rodríguez Demorizi.

 Trujillo logró acumular distinciones, condecoraciones y medallas de  instituciones y gobiernos amigos de casi todos los países del mundo. La excepción fue el gobierno de Gran Bretaña, donde el “cabildeo” de los corifeos del dictador no pudiera penetrar.

 Pero  la mayoría de loa países de América Latina apoyaron públicamente al dictador, reconociendo que de manera constante el régimen supo afianzarse en la región.

En Europa los apoyos fueron más limitados. Además de España y el Vaticano, en Italia, después de la guerra, era evidente su reconocimiento al régimen “por su rápido retorno al concierto de las naciones”.

 Con el propósito de defender sus mercados  armamentistas primero y su posición  en la región del Caribe después, Francia dispensó excepcionales marcas de apoyo al dictador Trujillo.

En 1928 el gobierno francés le otorgó la Gran Cruz,  el grado más elevado de la Legión de Honor,  y en el año 1953, la Cruz de Guerra con Palmas.

Es oportuno observar que la primera condecoración se la otorga Francia cuando la dictadura sacudida por el escándalo de la muerte masiva de haitianos, en 1937, se vio cuestionada por la comunidad internacional.

  La segunda condecoración está reservada a los mariscales de Francia y a franceses caídos en combate.

No obstante la resistencia del Protocolo, el Ministerio de Relaciones Exteriores francés, presionado constantemente por los diplomáticos dominicanos, obtiene esta distinción extraordinaria para Trujillo.

Condecoraciones

A propósito de la inauguración de la Feria de la Paz y de la Confraternidad del Mundo Libre, en diciembre de 1955,  los corifeos del dictador se inventan  nuevos homenajes y condecoraciones como el Gran Collar de la Patria otorgado al Benefactor el 10 de abril del mismo año.

De un  extremo a otro del país, se inauguran obras (puentes, carreteras, iglesias) y se desvelizan estatuas del hombre fuerte.

El día 14 de mayo de 1955 Trujillo recibeel título de Padre de la Patria Nueva, (semejante a Duarte, Sánchez y Mella)  Las cosas no termina ahí, y los descendientes directos del dictador son vinculados a la gloria de su progenitor.

El Nacional

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