Opinión

Tsunami verde

Tsunami verde

La Marcha Verde del Sur-Azua destapó la indignación acumulada por el robo de cuantiosos recursos que debieron nutrir programas sociales y por una sobre-explotación capitalista que empobrece población y territorio.

La dictadura morada apostó a que la degradación social -sumada a la intensificación del clientelismo y a enormes déficits de escolaridad- aseguraba el fracaso de esa marcha.

Tal billete le salió “pelao”, recurriendo a la represión criminal contra el dirigente campesino Hero Pérez, camuflajeada de “accidente automovilístico”.

Los gobernantes responsables de esta agobiante corruptela no tienen idea del volcán transformador en gestación, puesto que cuando las causas de una realidad tan dramática son identificadas por el pueblo, no hay manera de frenar su insubordinación, si ellas no desaparecen; más aun, si el fin de la impunidad de sus protagonistas es inseparable del fin del sistema que la prohija.

Tal percepción de la realidad y tal captación de la verdad ha conformado un nuevo periodo político en el que una enorme cantidad de personas se va convenciendo de que a través de las instituciones establecidas no hay solución a los males que estamos enfrentando…
De que los degradados partidos tradicionales no tienen remedio…
De que el movimiento verde, ejerciendo democracia de calle y descartando un sistema electoral podrido, debe constituirse en fuerza alternativa transformadora…

De que hay que hacer colapsar la institucionalidad sustentada en la Constitución antidemocrática y neoliberal del 201O.

Y así, por primera vez en medio siglo, nos vemos emplazados a crear un contra-poder popular para abolir el poder constituido, a construir un nuevo poder constituyente que lo reemplaza y a establecer un régimen transitorio que convoque una Asamblea Constituyente Soberana que posibilite rescatar soberanía y crear democracia real.

El domingo 11 de junio el turno es de la región Este-SPM y ya verán como Marcha Verde encarnará el dolor de la deuda social provocada por los verdugos de la familia cañera, la piñata del emporio CEA, los abusos del Central Romana; los saqueos en costas, ríos, lagunas y tierras a cargo de magnates conocidos, y las aberraciones de un turismo al servicio de la corrupción y expoliación transnacional.

Y junto a los barrios populares teñidos de verde… se tornará impostergable la avalancha nacional que vuelque pueblo de todas las provincias, incluidas las del Gran Santo Domingo, hacia el corazón de la capital, para no dejar dudas de la existencia de una fuerza con capacidad para poner de rodillas el despreciable poder que ya declina

El Nacional

La Voz de Todos