Opinión

Un breve ejercicio histórico

Un breve ejercicio histórico

El 13 de marzo de 1963, frente al teatro Élite, un grupo de la Unión Cívica Nacional, (derecha dominicana), habló de que al gobierno de Juan Bosch había que derrocarlo.  bEse grupo decía también que el gobierno de Bosch había tomado un camino “contrario a los intereses nacionales e internacionales del pueblo dominicano”.

El gobierno de Bosch resultó electo en unos comicios libres organizados para celebrarse el 20 de diciembre de 1962, con el apoyo norteamericano. Sin embargo, los cívicos montaron una conspiración abierta. En vista de que no tenían pueblo, apelaron a la iglesia cató1ica, donde solo encontraron eco entre tres sacerdotes un jesuitas Láutico García, el reverendo Tomás Abreu, de la Diócesis de La Vega y el padre Marcial Silva, capellán castrense de la entonces Aviación Militar Dominicana, liderada por el general Atila Luna Pérez y el coronel Elías Wessin y Wessin.
No cabe en cabeza humana un apoyo del Papa Pablo VI primera figura de la iglesia cató1ica (1963-1978), quien se caracterizó por fomentar las relaciones ecuménicas con las iglesias ortodoxas, anglicanas y protestantes, lo que dio lugar a muchas reuniones y acuerdos históricos. Un Papa de esas condiciones jamás habría respaldado el derrocamiento de un presidente libremente elegido.

Es ilusorio pensar que las afirmaciones de la UCN y los tres sacerdotes, de que el gobierno llevaría al país al socialismo y que sucedería lo mismo que en Cuba. La revolución cubana surgió tras una ardua lucha encabezada por el ejército de Fidel Castro, que aplastó al del cruel tirano Fulgencio Batista, mientras que Bosch surgió como fruto del apoyo mayoritario del pueblo dominicano.

La conspiración tuvo sus frutos el 25 de septiembre de 1963. Bosch había elaborado una Constitución y un Programa de Gobierno que afectaba los intereses del mayor grupo económico del país. Los conspiradores, hablaban del comunismo como si el pueblo habría podido entender que era eso.
Es increíble que 51 años después de decapitada la tiranía, hoy estemos viviendo todavía todos los males que Bosch combatió, especialmente el avasallamiento de los bienes del Estado y la desigualdad entre los dominicanos.

Es increíble que 51 años después de decapitada la tiranía, hoy estemos viviendo todavía todos los males que Bosch combatió, especialmente aquellos que se refieren al enriquecimiento ilícito de ciertos funcionarios públicos. Ninguno de los problemas fundamentales de la República ha sido resuelto. Es lo contrario: todos se han agravado.

Bosch pudo haber cometido algunos errores, pero sí estuvo claro en cuanto a la necesidad que tiene el país de ser gobernado por gente honrada, sin ambiciones, mientras sucede todo lo contrario, incluso en el mismo Partido que fundó y que gobierna.