Reportajes

Un cementerio de Santiago sin espacio para muertos

Un cementerio de Santiago sin espacio para  muertos

POR: RICARDO RODRIGUEZ ROSA
ricardo_rguez@outlook.com
SANTIAGO.- En el cementerio Arroyo Hondo, donde son sepultados los difuntos de la zona sur de esta ciudad, cuyos familiares no disponen de los recursos económicos suficientes para llevarlos a lugares más dignos, ya no hay sitios que sirvan de moradas eternas.
Se trata del tercer camposanto en importancia de aquí, si se compara con el de la calle 30 de Marzo y el ubicado en la comunidad Ingenio Arriba.

Tan limitado es el terreno que dispone la Alcaldía santiaguera para garantizar el entierro allí que, según explicaciones ofrecidas por el obrero Daniel Rodríguez, quien lleva más de 20 años relacionado con los quehaceres del lugar, con regularidad hay que desenterrar antes de tiempo cadáveres para poder ubicar otros.

Su afirmación llegó más lejos, pues atestigua que se han producido enterramientos de cuerpos encima de otros “porque hace tiempo que no hay espacio, mientras que el Cabildo no compra terrenos aledaños y que son ofertados por sus propietarios”. Daniel recorrió casi todo el perímetro junto con los reporteros de este periódico y mostró la pequeña área donde mostró algunos de los lugares donde se han sepultado personas de manera irregular.

El cementerio lleva el nombre de uno de los sectores más emblemáticos de la parte sur de aquí, formando parte de la amplia zona territorial donde convergen barrios como Los Jazmines, Pekín, Cristo Rey, Yapur Dumit, Valle Verde y la Villa Magisterial.
A pesar de su importancia social y geográfica, en el camposanto sólo labora una persona nombrada por el Cabildo. Se trata de una secretaria que tiene la responsabilidad de resolver todos los asuntos administrativos.

Como consecuencia de ello, el resto del lugar está abandonado a su suerte, pero gracias al empeño de Daniel y otros tres obreros, que se ganan la vida dando servicios en las tumbas, el entorno luce medianamente cuidado.

“Muchas veces, cuando no estábamos brindando servicios de enterramiento o limpieza de nichos y tumbas, nos dedicamos gratuitamente a limpiar de malezas y basura los sitios que podemos, porque aquí no hay personas nombradas para cumplir con esas responsabilidades”, insistió.

De ahí que, de acuerdo a su apreciación, el cementerio de Arroyo Hondo puede convertirse con facilidad en un adecuado lugar donde las personas puedan descansar eternamente. “Basta con que se adquieran los terrenos necesarios para ampliarlo y nombrar el personal que se precisa para que este lugar muestre el aspecto digno que los difuntos y sus deudos merecen”, subrayó Rodríguez.

En el cementerio de Arroyo Hondo hay alrededor de 850 nichos y una apreciable cantidad de bóvedas privadas, considerándose que en la actualidad hay enterradas un poco más de mil 300 personas, al sumarse las sepultadas en el pequeño espacio de tierra destinado para esos fines.

La gran cantidad de nichos y bóvedas existentes allí en una cantidad de terreno tan reducida, ha obligado que esas construcciones se hayan realizado con muy poco espacio entre uno y otro. Para ingresar al cementerio de Arroyo Hondo hay que hacerlo a través de una estrecha calle de unos 50 metros de longitud, por donde apenas puede desplazarse un vehículo.

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El descuido es ostensible en algunas de las zonas del cementerio Arroyo Hondo, en Santiago.

El Nacional

La Voz de Todos