Reportajes

Un faro de luz La Fundación Monumento Viviente

Un faro de luz La Fundación Monumento Viviente

SANTIAGO.   Emprender acciones a favor de los más necesitados sin contar con ningún tipo de ayuda del Estado, suena difícil,  pero, no es imposible.

Decenas de instituciones no gubernamentales y que ofrecen un servicio de calidad a sus usuarios y a un precio accesible, existen en el país.

El hospital de los Ojos ubicado en el municipio de Licey es uno de esos proyectos que sin recibir ayuda del Estado se ha convertido en una esperanza para los enfermos de la vista del Cibao.

Es un proyecto de la Fundación Monumento Viviente que encabeza el sacerdote Darío Taveras, oriundo de este municipio.

Y según contó Angela Suazo, administradora del lugar, en su principio este proyecto fue concebido por el sacerdote Taveras como un Faro a la luz por celebrarse en el año de su fundación  el monumento Faro a Colón.

Este hospital como su nombre bien lo indica atiende pacientes con algún tipo de padecimiento visual y desde su fundación  se han atendido 40,000 consultas, se han hecho 3,320 cirugías, las promotoras de salud visual han visitado 76 comunidades, han impartido 56 talleres y se han atendido 152 pacientes con problemas de glaucoma.

Todo esto a un precio mucho menor de lo que se paga en cualquier clínica del país y con un servicio de calidad en el que se cumple el objetivo de su creación:”ser una luz, un faro que diera vida, quediera frutos”.

La administradora de este “monumento viviente” también dijo que una de las motivaciones para la creación del lugar también fue que para ese año el municipio de Licey contaba con tres médicos oftalmólogos, “amigos de la comunidad y del sacerdote”, por lo que éste decidió aprovechar el talento joven y ponerlo a funcionar a favor de aquellos que los necesitaban.

Dijo que los jóvenes aceptaron la propuesta del padre quien aunque actualmente no reside en el municipio continúa aún supervisando esta obra  que según la administradora “ha tenido muy buenos resultados”.

Cada día atienden cuarenta pacientes, algunos sólo para consultas, otros para someterlos a algún tipo de cirugía y otros arriban al lugar con problemas de glaucoma.

Pero aquí encuentran una esperanza, aquellos que han sido impactados por alguna enfermedad visual y que no cuentan con los recursos económicos suficientes para costearla.

Esta iniciativa es sin lugar a dudas, un faro de luz a beneficio de los menos favorecidos.

La Fundación

 Monumento Viviente  no sólo cuenta con el hospital de Ojos sino también con una escuela guardería que ha favorecido a 3,650 alumnos, el hogar de ancianos donde tres personas han atendido a 100 ancianos de la comunidad y la capilla la Ermita donde dan gracias a Dios por los favores recibidos.

El Nacional

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