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Un Gobierno sin planes y un país sin brújula

Un Gobierno sin planes y un país sin brújula

La violencia y la delincuencia no se detienen. La inseguridad en el país sigue en aumento, sin que las autoridades ofrezcan algún plan creíble y que brinde confianza a los sectores nacionales víctimas de este desorden.

El asesinato, con aparente fines de robo, del empresario Juan Miguel Saurina Barceló, es una demostración más de los niveles de violencia e insensibilidad humana a que hemos llegado. La violencia se ha generalizado, y como han dicho varios obispos en diferentes puntos del país, hace falta un modelo de funcionarios o servidores públicos con valores morales, éticos, que sean una referencia para las jóvenes generaciones, y no lo que representan los enriquecidos funcionarios de este gobierno, a costa del dinero público.

El país acaba de conmemorar el Día de la Constitución (6 de noviembre), y lo hace en medio de un plan del Presidente para promover sus aspiraciones reeleccionistas, algo que está claramente impedido de hacer, por mandato de la nueva Constitución, proclamada por el propio Leonel el 26 de enero de este año. Mientras los sectores auténticamente preocupados por la estabilidad democrática rechazan el plan, el Presidente y su equipo actúan cínicamente, burlándose del país e invirtiendo dinero público para sus propósitos.

En la nación hay graves problemas que demandan la atención oficial. Y el Gobierno carece de planes precisos para hacerles frente. No sabemos, por ejemplo, qué ha ocurrido con las intoxicaciones por el desayuno escolar. No se toman decisiones acertadas al respecto. Cientos de organizaciones reclaman la asignación de recursos para la educación, como ordena la Ley de Educación (un 16% del Presupuesto o un 4% del PBI), y lo que reciben es la indiferencia como respuesta, hasta el punto que ya están considerando tomar acciones más directas en reclamo de esos fondos. Tienen todo mi apoyo, porque soy partidario de que la educación debe ser una prioridad, no solo de palabras sino de hechos que puedan ser constatados en el Presupuesto Nacional de cada año.

Miles de personas han sido afectadas por las inundaciones de los últimos días, a consecuencia de la tormenta Tomás, y el Gobierno carece de planes de ayuda, al margen de darles una ración de comida, y no dispone de recursos para ir en auxilio de los afectados, y en particular de los miles de agricultores que han visto destrozadas sus cosechas.

El Gobierno sigue su política de endeudamiento desenfrenado, pese a que el FMI le recomendó no endeudarse más. Solo la pasada semana remitió al Congreso cuatro nuevos empréstitos por 257 millones de dólares. El colmo es que el endeudamiento es tan desenfrenado que para su cobertura ya está comprometido más del 40 por ciento del Presupuesto.

El Presupuesto del 2010 recibió varias modificaciones, en las que el Gobierno desvió  fondos para proyectos que no son prioritarios para el país, afectando  especialmente las áreas sociales. Con el agravante, como acaba de demostrar el especialista Nelson Suárez, de que el Gobierno mintió respecto del Presupuesto del 2010, ocultando un déficit de por lo menos 22 mil millones de pesos. ¿Cómo avanza un país con un Gobierno que miente tan descaradamente?

Mi partido, el PRD, tiene la fuerza y la vocación de cambio. Tiene la deuda de completar la libertad, la justicia social, la transparencia y la equidad en la sociedad dominicana. Es el partido que dio inicio a la democracia, con Juan Bosch, con José Francisco Peña Gómez, con Antonio Guzmán y conmigo, y tantos otros hombres y mujeres comprometidos con la idea de la redención. Tenemos que completar esta labor, y estoy dispuesto a hacerlo, contando con la fuerza y la experiencia de una tradición democrática que nadie puede desdeñar.

El Nacional

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