Opinión

Un presidente virtual

Un presidente virtual

Estoy absolutamente convencido de que el presidente Leonel Fernández se va del Palacio Nacional porque no puede quedarse. Si pudiera lo hubiera intentado, con votos o con botas. La situación nacional e internacional no le es favorable. Aventurarse con un golpe o autogolpe de Estado lo hundiría. Leonel es más plural y demócrata en el extranjero que en su país. Apoya las protestas en España. Aquí, ordena la represión brutal de toda manifestación de lucha popular por una educación digna, por una salud pública adecuada o contra los malditos apagones.

Este país está en guerra, pero el Presidente no lo sabe. Que alguien revise el número de ciudadanos asesinados por la Policía en los últimos años. Una guerra desigual contra los pobres. Los ladrones de cuello blanco, los corruptos, los narcotraficantes ni los sicarios, caen en intercambios de disparos.

El Presidente viaja todos los meses con excusas y sin excusas. Alquila un avión de lujo, monta a todos sus amigos, socios y relacionados, y se larga durante diez o doce días, a la buena vida, pagada con la pobreza de su pueblo. Su prensa le cubre la espalda.

Es hombre de marketing. Sus manejadores dicen cuando debe hablar, con quién debe hablar y donde debe hablar. Esos expertos diseñadores de su imagen, que cobran en dólares, dicen cuando el Presidente debe guardar silencio, que es casi siempre, en territorio nacional.

A  un periodista dominicano le resulta más fácil derribar una estrella de una pedrada que conseguir una entrevista con el Presidente. A menos, claro está, que  sea muy “importante” y esté en la nómina de la Red de Comunicadores con Leonel.  El Presidente solo habla con periodistas y comunicadores, directores de medios todos, cuando algo atenta contra su estabilidad y su imagen. Suele invitarlos a un  almuerzo en el Palacio Nacional, donde tiene control absoluto.

No en balde el Presidente invierte miles de millones de pesos anuales en controlar la Opinión Pública. Fíjense que debido a la crisis económica y el déficit fiscal, el Presidente reduce el presupuesto de instituciones como la Junta Central Electoral, crea impuestos, pero no reduce el gasto en publicidad en torno a su gobierno y su figura. El poder mediático ha sido su principal soporte político. Los periodistas aprendimos que quien controla los medios de comunicación también controla y dirige la sociedad. ¡Y Leonel, que no es periodista, también lo sabe!

El Nacional

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