Opinión

Un senador que está claro

Un senador que está claro

Hemos leído con satisfacción las declaraciones del presidente de la comisión de Obras Públicas del Senado, Euclides Sánchez, mediante las cuales solicita al presidente Danilo Medina que declare de alta prioridad nacional la construcción de hidroeléctricas, a fin de preservar las aguas, generar una electricidad barata y contribuir con el desarrollo sostenible de la agropecuaria.

En más de una ocasión hemos dicho que la República Dominicana es un país privilegiado para utilizar al máximo sus potencialidades acuíferas, pues cuenta con tres cadenas montañosas  que cruzan la isla Española de Este a Oeste y todas las aguas que se producen en el año debido a las lluvias, tormentas y ciclones, retornan rápidamente  al  mar. Solo aquellas que han sido represadas, que es una cantidad ínfima, producen energía eléctrica, agua potable y para riego.

El país cuenta con cientos de pequeñas cuencas en nuestras montañas, que producen escurrimientos permanentes, de manera que si se represan,  esos pequeños embalses contribuirían notablemente a solucionar los problemas que dependen del agua.  Hoy día, el país no está en capacidad de asumir el reto a la hora de que surjan nuevas industrias, como tampoco abastecer de agua a una población en constante crecimiento. La agricultura, por otra parte, también necesita riego para fomentar los bienes que consumimos y que además forman parte de nuestras exportaciones.

El desarrollo del país depende fundamentalmente de que exista energía eléctrica en abundancia y a bajo costo, pero ocurre que ninguno de los gobiernos que hemos tenido se ha preocupado seriamente en buscar soluciones alternativas al petróleo, que no producimos. Las presas que han sido construidas apenas aportan un 15% de la demanda, mientras el resto depende del petróleo importado, con una enorme sangría de divisas para el país.

Se habla de construir plantas eléctricas que operen con carbón, pero resulta que éste también deberá ser importado, aparte de que la operación de dichas plantas tardaría por lo menos tres años. Esto es para no abundar mucho en que el carbón es contaminante, por más que se haya avanzado en la tecnología.

La explotación de las micro-cuencas antes citadas podría lograrse en un tiempo muchísimo menor, además de que las pequeñas presas pueden ser construidas con recursos propios. Si otros gobiernos construyeron grandes presas de embalse con recursos propios y otras con pequeños financiamientos, ¿por qué ahora no se puede hacer lo mismo, especialmente cuando el petróleo se encarece y tiene la tendencia a seguir subiendo?

El Congreso debe acoger la iniciativa del senador Sánchez y declarar de emergencia la construcción de nuevas presas.

El Nacional

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