Opinión

Un terrorista socio del Tea Party

Un terrorista socio del Tea Party

La mano del legislador David Rivera, representante por Florida, sobre el hombro de Luis Posada Carriles, es una asquerosa manifestación de contubernio. Las imágenes fueron tomadas durante un acto público organizado en busca de dinero para cubrir los gastos legales del terrorista. ¡Simulación y descaro!

Rivera actúa en nombre de la ultraderecha, que, con dinero de procedencia nada limpia, lo llevó al Congreso financiando una millonaria campaña.

La ultraderecha protege al  responsable de la voladura (73 muertos) de un avión de Cubana de Aviación en  1976, y que tiene en su historial  la colaboración con los torturadores de la policía secreta de Venezuela en  la década de 1970, la preparación de tramas para asesinar a Hugo Chávez y a Fidel Castro, y el haber entrenado  mercenarios en América Central.  

 El  poder estadounidense se niega a enviarlo a Venezuela,   y es porque buena parte de sus crímenes les fueron encargados por la Agencia Central de Inteligencia, CIA.

 Posada Carriles deberá responder en  Texas, en el juicio que se inicia mañana lunes, por 11 cargos. Siete  por delitos migratorios, uno por fraude en el  trámite de naturalización, dos por ocultar su pasado terrorista y uno por obstruir la investigación federal sobre los atentados que patrocinó en Cuba en 1997, incluyendo la explosión en el hotel Copacabana, que causó la muerte al joven italiano Fabio Di Celmo.

  Apátridas de origen cubano planean utilizar como tribuna contra Cuba la sala de audiencias. Pretenden presentar como legítima la prisión de cinco auténticos cubanos, condenados  por penetrar mafias terroristas: René González, Antonio Guerrero,  Ramón Labañino, Fernando González y Gerardo Hernández.

Es deber de conciencia demandar que Posada Carriles sea juzgado como terrorista. La Administración Bush lo protegió,  Barack Obama no le ha retirado la protección, y la ultraderecha lo  asume como socio… En conjunto, el poder estadounidense intenta mantener oculta su responsabilidad en determinadas tropelías. ¿Le llamamos concierto de chacales?

El Nacional

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