Opinión

Un viagra ideológico

Un viagra ideológico

Me encanta escribir sobre mis ideas políticas,  porque entonces recibo un alud de opiniones a favor y en contra, y  es como si le inyectara a un cuerpo pensante que perece,  en esta media isla,  una pastilla de viagra ideológica.

Algunos debates son tradicionales: “mientras haya un solo cubano que no esté de acuerdo con Fidel no hay democracia verdadera”.  El problema es que mientras haya millones de personas bajo el índice de la pobreza, desnutridas y enfermas, con altísimos índices de mortalidad infantil y materna, no hay persona que piense.  Y me interesa más la suerte de millones de personas que los derechos a la expresión a la disidencia de un grupo. 

¿Es esto un apoyo a la dictadura?   Si se ejerce para el bien común no me interesa el recambio, que en nuestro país solo ha servido, como en la mayoría de los países de América, para que un grupo se haga rico cada cuatro anos.  ¿O que son las monarquías sino eternas dictaduras que se justificaron en la esclavitud, el horror del Feudalismo y en lascivos, corruptos, locos, o soberbios seres humanos?

Los mismos argumentos se aplican a los presidentes del Alba.  En catorce años Chávez cambió  todos los indicadores de extrema pobreza de su país, pago la deuda externa, transformo la educación y la cultura de Venezuela con las Misiones, en áreas donde uno solo de los demócratas miembros de las clases medias y altas nunca se asomó.  ¿Qué pasó con los trillones de dólares del petróleo antes de eso?  Pregúntenles a las clases altas y medias de ese país.

Como ven el concepto de democracia es relativo.  Mientras se mueran millones de seres humanos de hambre y enfermedad y haya millones que no sepan leer y escribir y mucho menos entender la maravilla de eso que se llama democracia, que para mí es poder popular en práctica, via referéndums y asambleas, el poder del Municipio, como creía Duarte, entonces el concepto es un sofisma para consumo de personas manipuladas mediáticamente, que anteponen su progreso individual, o el de vitrinas,  al bien común.

Creo que Cuba y Haití son los dos polos de esa contradicción ideológica en El Caribe y las conclusiones son claras.  A una la asfixian para que  “progrese”, a otra la castraron ¿para siempre?

En el caso de Haití creo que seguimos siendo el chivo expiatorio de su oligarquía, de ahí el rejuego con el comercio y creo que no hay otra solución que crear una Marina Mercante que nos diversifique regionalmente.  Toda dependencia conduce al abuso, en el plano emocional y en todos los demás.  De ese TAO político hablare en el próximo artículo.

El Nacional

La Voz de Todos