Opinión

Una buena, una mala

Una buena, una mala

La prensa dominicana, como la de cualquier otra nación democrática del mundo, sirve a la población noticias definidas como buenas o auspiciosas y otras señaladas como malas y pesarosas, por lo que cada ciudadano tiene la libertad de asumir o desechar los tipos de informaciones, análisis o comentarios que se presentan a su consideración.

Todos los días y el de la fiesta de guardar, la gente lee, ve o escucha noticias diversas ofrecidas por emisores y fuentes diferentes, públicos o privados, o servidos por el mentado rumor público, algo propio de una sociedad que ejerce y disfruta de un adecuado clima de libertad de prensa y de expresión.

La gente refleja interés, indignación, consternación o indiferencia ante el cúmulo de temas que la prensa, actores e intervinientes sirven cada día a través de los medios convencionales de comunicación, y ahora más intensamente por las redes sociales.

De ese gran menú de noticias se resaltan en estos días los resultados de dos estudios foráneos, uno que sitúa al presidente Danilo Medina como el tercer mandatario mejor valorado en el mundo, y otro que señala a República Dominicana en el segundo lugar entre los países de América Latina donde más se paga soborno.

En vez de volverse loco de alegría, tristeza o indignación, sobre los resultados de esas encuestas, lo mejor sería que cada quien reflexione sobre su impacto o trascendencia, sin pretender ahogarse en miel o hiel, porque a los ciudadanos les asiste derecho de servirse lo que desee entre todo lo que se ofrece en la mesa mediática.

La encuesta que sitúa al Presidente con un 63% de aceptación ciudadana o la que coloca al país de co-líder de la región en soborno, con un 46%, ha de ser buena o mala noticia según el cristal político a través del cual se observe, por lo que el ciudadano ordinario debería forjarse su propia opinión, al margen de las alambradas de intereses.

No se pide convivir con noticias falsas o engañosas, lo que se aconseja es ejercer el derecho a informar, opinar, rechazar, adherirse o simplemente volverse indiferente ante cualquier intento por canalizar o mediatizar a la opinión pública, porque al fin y al cabo el caudaloso río de la democracia se limpia a sí mismo.

Situar al presidente Danilo Medina en un puesto cimero de preferencia ciudadana a nivel mundial puede ser una buena noticia, como muy mala es saber que República Dominicana se sitúa en segundo lugar en sobornos en América Latina. La gente tiene absoluta libertad para formarse su propio juicio sobre una y otra.

El Nacional

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