Opinión

Una carta de Caamaño

Una carta de Caamaño

El 23 de febrero del 1966, el coronel Francisco Alberto Caamaño Deño le escribió una carta a mi padre desde Londres, Inglaterra, cuyo contenido he decidido compartir con ustedes ahora que desde aquel abril glorioso se cumplió medio siglo.

“Mi estimado Jottin: A lo mejor pensarás que la buena vida en Londres me ha hecho olvidar al célebre canciller de hierro dominicano, pero no es así; al contrario, al estar en estas tierras lejanas me siento más obligado y más unido a la patria y a los hombres que con dignidad defendieron los intereses nacionales. De veras te digo, amigo mío, que cuantos más días pasan, más me duele haber salido de Santo Domingo, no obstante saber que algunos amigos lo creyeron una necesidad. Yo también estaba de acuerdo con esto a pesar de los incumplidos compromisos de nuestro gobierno con respecto a la situación de los grotescos militares que solo luchan por sus propias conveniencias, sin importarles los sufrimientos de los demás.

Nunca confié que lográsemos un 100% de estos compromisos… Ahora bien, lo importante no estriba en vivir dignamente, sino en saber escoger el momento de morir dignamente… Sigo soñando que desde el poder haremos la revolución pues no nos podemos engañar de que mientras estén en nuestro país los yanquis invasores, no habrá posibilidad de darle a nuestro pueblo lo que tanto se merece: libertad, cambios socioeconómicos y todas esas cosas que son tan necesarias para echar nuestro país hacia delante.

Próximamente te avisaré cuándo pienso entrar a Santo Domingo, en bien o en mal, pero ya esa decisión está tomada. Recibe un abrazo de quien solo sueña con abrazar a todos los dominicanos”.

El Nacional

La Voz de Todos