Opinión

Una historia inmortal

Una historia inmortal

En marzo de 1959 se celebró en Venezuela el congreso donde quedó constituido el Movimiento de Liberación Dominicana, al que asistieron delegaciones de exiliados de Nueva York, Cuba, así como de las organizaciones políticas fundadas fuera del territorio nacional, como el Partido Socialista Popular, el Frente Independiente Democrático de Venezuela y la Unión Patriótica Dominicana de Estados Unidos.

En el acta constitutiva de esta entidad patriótica, figura el nombramiento de Enrique Jiménez Moya como comandante en jefe del Ejército de Liberación Dominicana, así como la creación de un Consejo Asesor de la Revolución Dominicana integrado por dos representantes de cada una de las instituciones arriba firmantes.

A su vez, se eligió un Comité Central Ejecutivo conformado por los doctores Francisco Castellanos, Francisco Canto, Luis Aquiles Mejía, Juan Isidro Jiménez Grullón y Cecilio Grullón. Al general Juancito Rodríguez se le designó Consejero de dicho Comité y suplente en ausencia de alguno de ellos.

El Movimiento de Liberación y en su ejército construyeron un grupo heterogéneo y plural de hombres de distintas ideologías políticas, clases sociales, religiones, razas y nacionalidades.

De ese congreso surgieron los 250 expedicionarios que en junio de ese mismo año se embarcaran hacía el país para poner fin a la dictadura de Rafael Leonidas Trujillo, que llevaba 29 años en el poder.

El entrenamiento se realizó en el campamento Mil Cumbres, en Cuba. La dirección política del campamento estuvo a cargo José Horacio Rodríguez, y los entrenamientos militares al mando del mayor cubano Roberto Fajardo.
Durante el campamento sus miembros se reagruparon en seis pelotones, comandados por dominicanos y denominados, respectivamente, Juan Pablo Duarte, Simón Bolívar, Antonio Duvergé, José Martí, Gregorio Luperón y Máximo Gómez.

El día 13 de junio partió el primer grupo, distribuido en dos lanchas que zarparon desde la Bahía de Nipe, cuyos integrantes fueron despedidos por el comandante Camilo Cienfuegos

Al día siguiente el grupo que iría por avión fue despedido por el capitán Manuel Rojo del Río, en la Bahía de Manzanillo.
La otra parte de la historia es conocida, pero en lo que no hay dudas es que marcó el inicio de la caída de la dictadura.

El Nacional

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