Opinión

Una nueva Ley de Armas

Una nueva Ley de Armas

Reducir la violencia, la criminalidad y la delincuencia no está sujeta a la revisión de la Ley de Armas, eso pudiera ser una medida saludable en Estados Unidos para evitar las matanzas masivas, pero no aquí en República Dominicana.

En el país los mayores actos delictivos son simple raterismo, como el robo de celulares, accesorios de vehículos, asaltos a colmados, a bancas de loterías o peatones. Esos delincuentes usan armas ilegales o son agentes policiales.

En torno a la criminalidad, que de acuerdo a un informe de GunPolicy,org, cobra la vida de alrededor de 1,500 personas no se controlaría ni siquiera desarmando a la población civil, ya que nadie que tenga un arma legal la usa para delinquir.

Esto lo sabe todo el que come con sal, de modo que dudo mucho que con controlar las armas legales se reduzca la criminalidad. Además el alto precio de un arma de fuego es por sí solo un control de manera indirecta.

Además de que en el país existe una legislación que prohibe el porte y tenencia de armas de guerra, mientras para las de menor nivel existe la licencia.

Las autoridades presumen que en el país hay alrededor de 300 mil armas de fuego ilegales entre los civiles
Sin embargo esta entidad señala que en la última década fueron importaciones de armas por un valor superior a los 127 millones de dólares.

Para entonces, el promedio diario de gastos era de US$34,231 en importación de armas al país, “a pesar de que a partir del 2006 hay ciertas restricciones para la importación de armas pequeñas y ligeras en el sector privado”.

Hay estudios que revelan que muchos de los atracos y asesinatos son perpetrados para apoderarse de armas de fuego”, y que es posible percibir la dimensión de este problema “a través de las armas incautadas y decomisadas por las autoridades”.

Nadie ha querido reconocer que el problema de la delincuencia no es el resultado de la cantidad de armas en las calles ni tampoco de falta de operativo.

La solución debe ser un plan integral, en el que la Policía realice laboras de inteligencia para apresar a los delincuentes que todo el mundo conoce en los barrios, además de que el Estado y el sector privado diseñen estrategias de generación de empleos.

El Nacional

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