Opinión

Una real historia

Una real historia

Susi Pola

El argumento: “no hay tantas violaciones” y “mucho menos embarazos” en menores, no es cierto, pero es socorrido en grupos contrarios a la despenalización del aborto por causales. Hay mucho que investigar para no tapar alacranes que aparecen con frecuencia debajo de cualquier doble moral en casos deplorables.

La de Rita, nombre ficticio, actualmente 24 años, es una historia de mucho dolor, con dos años de proceso en la justicia. Cuando tenía 7 meses, su padre la llevó a casa de la abuela materna, porque la madre de la bebé -de 13 años- no “sabía atenderla”. Cuando Rita tuvo 11 años, su abuela la devolvió al padre, para vivir con él y el abuelo paterno de la niña, un anciano de 93 años, ya fallecido.

Rita narra que un vecino, que llamaremos Manuel, de 50 años, conocedor de productos químicos y con profesión libre, comenzó a acosarla: metido en la casa todo el día, mandaba al anciano abuelo al colmado a comprar cualquier cosa y en su ausencia, “la halaba, la besaba, la tocaba y manoseaba a la fuerza”, advirtiéndole que “nadie creería si lo contaba”.

Un violador que amenaza la Justicia

A las pocas semanas, Manuel empezó a violarla casi todas las noches, entrando por una ventana al cuarto de ella, que apenas podía reaccionar porque sentía un sueño muy pesado, así como su abuelo que nunca despertaba. Y una vez que la embarazó, se la llevó a vivir con él, teniendo una hija y un hijo. El maltrato terrible, que esa niña vivió la hicieron escaparse varias veces a casa de su abuela, que la devolvía a manos del agresor, retribuida por él con dinero.

Finalmente, ya Rita adulta, Manuel fue condenado por violencia física -no por violación- a cinco años de compromiso sin cárcel, sin considerar la historia de esa víctima. Sin embargo, muchos son los penares para Rita por la guarda de sus hijos, decisiones erradas que no la consideraron y hasta una denuncia en la que ella alega abuso sexual incestuoso del pedófilo padre, al niño, a la niña y a una sobrina que ha vivido siempre con ella, ayudándola a cuidarlos.

Guardo los detalles de un agresor violador y referido pedófilo, que se ha atrevido a amenazar temerariamente a la misma justicia; de un sistema conformado por personas con desarrollo diferente en la experticia que requiere el tema; de un entorno ignorante atrapado en el entramado de la cultura machista y un Estado que en general, simpatiza más con Manuel que con Rita. Mientras me pregunto, a quién le importará una pobre niña de 11 años?

El Nacional

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