Opinión

Unas de cal….

Unas de cal….

Los malos augurios para el año que recién empieza han sido muchos.

Tantos, que el cielo del 2009 se aventuraba nublado y algunos hasta se resistían a que terminara el infortunado 2008.

Voces agoreras intentaban atemorizarnos diciéndonos que este año sería de grandes males y tropiezos insalvables para los dominicanos, y apoyaban sus vaticinios en las dificultades económicas imperantes en el mundo.

Y lo más probable es que se trate en realidad de un año de grandes retos para el mundo, incluídos nosotros, aunque jamás debemos dejarnos convencer de que se acabaron las posibilidades de superar nuestros problemas.

 Incluso, las dificultades tienen aspectos positivos que todos deberíamos aprovechar.

Primero, incentivan el ingenio y nos empujan a “sacar de abajo” a la hora de las iniciativas para salir adelante.

Además nos endurecen el carácter para soportar con valor y gallardía hasta las dificultades más acentuadas, y éso también es bueno.

 Si usted chequea, amigo lector, se dará cuenta de que una parte considerable de los malos augurios para este año provenía de litorales políticos adversos al Gobierno.

Y procuraban achacar de antemano al presidente Leonel Fernández todo lo malo que pudiera sobrevenirnos durante el 2009, tratando de que esa imputación reporte ganancia de causa a los que procuran desplazarlo del poder.

Pero por el contrario, creo que este nuevo año será bueno o malo para los dominicanos en la medida en que cada uno se siente a esperar que el Gobierno le resuelva sus problemas.

 El Gobierno no tiene por qué mantener a mi familia, por ejemplo, si quien la procreó fui yo, sin procurar su parecer en ese sentido.

Ni está obligado el presidente Fernández o quien esté a la cabeza del Gobierno, a proveerme casa porque yo no consulté a las autoridades a la hora de la decisión de venir del campo a radicarme en algún precipicio de la capital.

Tampoco procuré el parecer oficial para abandonar los estudios, pudiendo continuarlos aunque con los sacrificios y fuerza de voluntad que eso debe implicar, por lo que mal haría en esperar del Gobierno un empleo para el que no me capacité.

El mensaje que quiero llevarle con estas divagaciones, amigo lector, es que las dificultares de cada quien son suyas como suyos son sus errores pasados, presentes y futuros.

Y que, en consecuencia, la actitud que asumamos ante nuestros particulares retos y  dificultades harán bueno o malo para cada quien el 2009 y todos los demás años por venir.

 Si nos sentamos a bostezar a causa del hambre, sin diligenciar comida porque los tiempos son difíciles, probablemente moriremos de inanición, sea en el 2009 o durante cualquier otro año.

Igualmente pudiéramos pasarnos la vida sin conseguir trabajo, si nos conformamos con esperar a que el del presidente Fernández o cualquier otro Gobierno, nos nombre en un puesto público.

Conozco a un hombre al que algunos endilgan el mote de “loco”. No estudió, tal vez porque las precariedades de su familia se lo impieron, y vive como el resto de los humildes.

Pero sale a la calle empujando un triciclo a las 6:00 de la mañana cada día, de lunes a lunes. A su camino recoge cualquier cosa que tenga algún valor, la vende y regresa a la casa en la tarde con algo de dinero.

En su casa se enciende la estufa cada día y en su bolsillo nunca falta dinero.  Porque él es un hombre al que ningún conocido le niega algo prestado cuando lo solicita.

Puede decirse que es sujeto de crédito informal,  una categoría que se alcanza en base a la moral y seriedad del individuo. El no espera que la comida llegue a su casa, la busca.

Invito a que lo imitemos, cada quien conforme a sus posibilidades, y el 2009 será un buen año.

victormendez23@hotmail.com

victormendez23@gmail.com

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