Opinión

Unas de cal….

Unas de cal….

Lo felicito, Dr. Suero
Si quedaba alguna duda, el  Colegio Médico del doctor Waldo Ariel Suero acaba de confirmar que lo que menos le importa es la suerte de la gente cuya salud depende  de los hospitales públicos.

Porque  precisamente en el momento en que la población más necesita tener a su disposición todos los servicios médicos, a propósito del temor de que la gripe porcina se extienda hasta acá, el doctor Suero y los suyos paralizan los hospitales.

El momento es para que todos los actores del sector salud se integren a la prevención del fatídico mal, pero los principales directivos del Colegio Médico prefieren paralizar  los servicios de salud en los hospitales públicos.

Vi por televisión al doctor Suero alegar que el presidente Leonel Fernández es el culpable de que los médicos paralicen los hospitales cuando más se les necesita disponibles, porque no ha accedido a aumentarles  el salario a los casi 60 mil pesos mensuales que reclama el Colegio Médico.

 Y mentalmente repasé la historia de su actual lucha, que no ha tomado en cuenta las precariedades económicas del paìs a la hora de reclamar un salario que tal vez sea merecido, pero que se constituiría en un privilegio irritante para beneficio de un subsector de la administración pública.

Debo insistir en que los médicos no devengan el salario ideal, pero entre los demás servidores de la administración pública no son precisamente los peor pagados.

Por consiguiente, si de hacer justicia se tratara habría que convenir en que cualquier iniciativa dirigida a mejorarles sus sueldos debe abarcar al resto de los  empleados públicos.

Naturalmente, nadie puede regatearles al doctor Suero y los suyos su derecho a luchar por conquistas salariales o de cualquier otra índole.

Lo que difícilmente comparta alguna persona sensata es que los médicos o el sector de que se trate realice una marcha para exigir conquistas  frente al Congreso Nacional el día en que se juramenta un Presidente de la República.

Aquella vergüenza no llegó a materializarse, porque al parecer alguien hizo entrar en razón al presidente del Colegio Médico, o tal vez no quiso exponerse a que lo arrastraran en la vía pública, y a última hora decidió dejar sin efecto una convocatoria a la que se oponía el resto de los dominicanos.

Tampoco muchos respaldaron la alianza entre los médicos liderados por el doctor Suero con el Foro Social Alternativo y los choferes, para realizar una marcha al Palacio Nacional que por poquito termina en tragedia.

   O la ocupación de las sedes de Salud Pública y del Congreso Nacional con la intención de forzar al Gobierno a acceder a sus demandas.

Claro, de haber ocurrido una tragedia el día de la frustrada marcha al Palacio Nacional, el doctor Suero y los suyos habrían logrado  ganancia de causa, como ocurrió con la manipulación de  fotos de su desalojo del eldificio de Salud Pública.

Menos mal que  las autoridades tuvieron el tacto de no aportarles el muerto que procuraban para imprimirle mística a una lucha cuya impopularidad crece con cada huelga médica.

Aunque a decir verdad   nadie debe  esperar que la población respalde acciones contrarias al interés de los sectores más humildes, como la mayoría de las organizadas y llevadas a cabo por la actual gestión del Colegio Médico.

Pero  el tiro de gracia a la simpatía de  su causa acaba de dispararlo el propio doctor Suero con la huelga que terminó ayer,  iniciada cuando la prudencia aconsejaba tener a disposición de la población la capacidad plena de los hospitales.

 Naturalmente, al Colegio Médico no se le ha ocurrido todavía paralizar ni por una hora los servicios de salud privados, y lo entiendo.

Porque su lucha no está orientada a afectar los intereses de los que pueden pagar consultas en las clínicas privadas, aparte de que allí cancelan a quienes no cumplan con sus deberes.

victormendez23@hotmail.com

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