Opinión

Unas de cal…

Unas de cal…

¿Que harían la revoluqué?

La Policía dizque descubrió la existencia de una organización izquierdista que recaudaba fondos mediante secuestros y otras acciones delictivas para ascender al poder mediante una revolución.

Escuché la versión por la radio, apoyándose en una presunta fuente policial que daba cuenta de que el grupo político del que le atribuía membresía a Cecilio Díaz y Julián de Jesús Checo Batista, los dos hombres ejecutados en relación al secuestro del joven Eduardo Baldera Gómez.

Estaba conduciendo cuando comencé a escuchar la información y tuve que detenerme para no perderme ningún detalle, porque parecía un cuento bien hilvanado  o una comedia ideada por un buen guionista.

 Porque todos sabemos que la izquierda se aclimató en el capitalismo con el paso del tiempo, y que no tiene entre sus metas alcanzar el poder por la vía violenta.

Pocos ignorarán también que la mayoría de los que fueron izquierdistas por moda y no por conciencia se hicieron delincuentes para vivir y disfrutar de la vida sin trabajar, y hoy podrán ser narcotraficantes, secuestradores y asaltantes pero ninguno sueña con la revolución o con llegar al poder político.

 De manera que resultará difícil convencer a los dominicanos de la existencia de esa presunta organización política de izquierda, aunque la Policía pueda presentar a antiguos supuestos izquierdistas atrapados delinquiendo.

Claro, lo ideal sería que a los dominicanos se nos presentara a los secuestradores y demás delincuentes comprometidos con la supuesta causa revolucionaria, para despejar dudas acerca de posibles tramas y montajes con fines propagandísticos.

De manera que si efectivamente la versión provino de la Policía, esa institución deberá dar a conocer todas las pruebas de que disponga.

Porque a decir verdad la credibilidad de esa institución ha sido atacada desde dentro por estos días a través de las versiones acerca de los tristemente célebres “intercambios de disparos” que a veces son en realidad burdas ejecuciones a las que buscaron un pretexto.

No tengo muchas razones para negar que he sido, soy y seré un defensor de la Policía, aunque ese respaldo siempre estará condiconado a  que su accionar se ciña a su responsabilidad y a la ley.

Por esa razón, creo ejercer un derecho al reclamarle transparencia en sus acciones y verdad a la hora de reportar sus éxitos en la lucha contra la delincuencia y el crimen en todas sus manifestaciones.

Además, la sociedad dominicana tiene pleno derecho a que nadie le tome el pelo.

Ni siquiera la Policía.

El Nacional

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