Opinión

Unas de cal….

Unas de cal….

Las rutas del Metro
El tema de las rutas alimentadoras del Metro de Santo Domingo mantuvo su vigencia esta semana a propósito de la huelga de hambre encabezada por el empresario del transporte Juan Hubieres y los desórdenes callejeros patrocinados por su gremio.

Los futuros usuarios del nuevo sistema de transporte masivo de pasajeros deben implorar a sus divinidades para que concedan al presidente Leonel Fernández la capacidad de soportar esa presión sin ceder a la pretención de Hubieres y los suyos.

Porque los líos escenificados en distintas avenidas con la intención de ablandar la posición de renuencia oficial a cederles el control de las rutas alimentadoras del Metro, se erigen en muestra en pequeña escala de lo que sería ese servicio si quedara en esas manos.

Y no voy a valorar la utilización de un niño puesto a sensibilizar a la gente en un anuncio de Fenatrano destinado al chantaje, a pesar de su posible implicación judicial.

 Estoy convencido de que esas rutas no deben ser entregadas a ningún otro gremio de choferes, y traigo el tema otra vez a esta columna porque en la anterior no completé esa idea.

Sé que si en vez de a Fenatrano dejaran en manos de otro sindicado las rutas alimentadoras del Metro, tendríamos que tarde o temprano terminaríamos en lo mismo que hoy estamos tratando de  prevenir.

Porque si en el futuro llegara al poder otro partido se repetería la historia aunque con otros protagonistas, debido a que les quitarían las rutas al gremio que las tenga para entregarlas a otro de su afinidad política.

 Me parece que lo más sensato sería que esas rutas sean operadas por la Oficina Metropolitana de Autobuses, bajo supervisión directa de la Oficina para el Reordenamiento del Transporte .

En países con trenes para el transporte de pasajeros,  los autobuses de sus rutas alimentadoras están bajo control de las instituciones que manejan esos sistemas ferroviarios.

Eso garantiza uniformidad en el servicio, ya que incluso los pasajeros de una ruta que incluya guaguas y trenes pueden acceder a los dos medios de transporte con un mismo pasaje, como funciona en Estados Unidos, por ejemplo.

Allí el que aborda un autobús pide un “transfer” si necesita cambiarse a un tren y con el mismo pasaje cambia de una ruta a cualquier otra si no sale de las estaciones de las redes de túneles y elevados.

De manera que si lo que quiere el Gobierno es un sistema de transporte masivo de pasajeros organizado y funcional, tenemos que convenir en que ahí no caben el amigo Hubieres y los suyos.

 Tengo que insistir en que poner en sus manos las rutas alimentadoras del Metro equivaldría a convertirlas en lo que son hoy las operadas por Fenatrano y otros de los  gremios bajo cuyo control fue puesto erróneamente el control del transporte público de pasajeros.

 No se trata de animadversión contra el señor Hubieres, a quien le reconozco pleno derecho a aspirar a que el Estado le otorgue privilegios.

De lo que se trata en realidad es de que él ni ningún otro de los que operan carros del concho o voladoras debe intervenir en las rutas alimentadoras del Metro, si se quiere mantenerlas lejos del caos y el desorden que ellos patrocinan.

Creo que el Gobierno debería hacer los arreglos y las inversiones que sean necesarios para dotar de autobuses modernos las rutas que confluyan a las estaciones del Metro, y retener su control ya sea a través de la Omsa o de la propia Opret.

Porque si no, tarde o temprano tendríamos esas rutas paralizadas sorpresivamente, con pedreas contra automovilistas y negocios, y a veces hasta con ataques con bombas molotov, lo mismo que las  operadas por Fenatrano y otros gremios.

Y los sacrificios y la inversión en el Metro de Santo Domingo no habrán valido la pena.

victormendez23@hotmail.com

victormendez23@gmail.com

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