Opinión

Unas van de cal…

Unas van de cal…

A  diferencia  de como la  concibieron muchos pensadores, la historia ni es  lineal ni va en dirección ascendente. El mundo económico de hoy así lo demuestra. Está el  caso de Japón y sus grandes íconos industriales, como Sony, Panasonic, Sharp, que se han ido de bruces, cayendo vencidos por la  competencia. Y es que  los  productos  de sus  vecinos  surcoreanos,  con su vasto  mercado  los  desalojó    de la demanda mundial.

No se discute  que  todo tiene su tiempo de gloria. En esa lógica se enmarca  la  industria automovilística norteamericana, con  su momento cumbre pasada  la Segunda Guerra Mundial, época en que los carros gringos eran los más buscados en el mercado. Pero por darle las espaldas  a la tendencia, se ensimismaron en fabricar  unos autos funambulescos, contaminantes  del medio ambiente, reportándoles tímidas ganancias un par de meses atrás,  el auto made in USA  e quedó memez, y  la producción asiática y europea, con sus carros  ecológicos y a tono con los  tiempos, les  “comió los caramelos”.

Así pasó con los  relojes suizos, que tuvieron su época de oro hace un par de décadas, con   ejemplares  que se fabricaban  hasta con  diamantes incrustados, recibiendo de las fábricas japonesas  “el golpe del bolsón”, luego de los nipones inundar el mercado  con   relojes  al alcance de la gente. 

Durante la guerra fría los rusos  fabricaban  mercancías   de mala calidad; mientras  la  competencia  norteamericana se apoderaba del gusto del público  con  artículos  que satisfacían las expectativas de las personas.  Sin embargo,  en la industria de la aviación  a los norteamericanos les llegó su  ocaso con  la Boeing, pues fueron desplazados por la Airbus europea.                

Hoy el mercado mundial  es dominado por productos chinos que ofertan mercancías tanto para un selecto público como para las grandes mayorías.  

 

El Nacional

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