La unidad familiar es para nosotros algo sagrado, es la base fundamental de toda sociedad porque su espíritu principal es el amor de sus miembros, donde se forman las costumbres, el carácter, los modales, la honestidad, la fe entre otras cosas, porque son aprendidas y enseñadas de padres a hijos, quienes imitaran lo que ven, ya que no hay mejor profesor que el ejemplo.
Por eso la mejor garantía de una sociedad justa es que se formen familias unidades y de fe, donde la integridad sea el norte, donde se respete el principio de autoridad, el temor de Dios, que sientan orgullo de sus raíces, porque si aprenden estos valores en su hogar así lo harán ante su sociedad.
En nuestra larga familia, donde convergen varios troncos de nuestra Moca del alma, como los Taveras, Guzmán, López, Cáceres, Rodríguez, Polanco, Espaillat, Garcia, y muchos más vinculados a la familia, llena de destacados profesionales, siempre hemos mantenido la cercanía promoviendo encuentros que son fiestas de afectos y que fomentan la unión familiar, que lo es todo, y el que las futuras generaciones de las mismas se vayan conociendo y que se sientan orgullosos de su origen, porque para saber hacia dónde vamos, debemos saber quiénes somos y de dónde venimos.
Recuerdo uno de esos encuentros donde se reunió nuestra familia Guzmán, en la finca de nuestro tío querido y casi padre de la misma, Francisco Guzmán Fernández, donde nos reunimos miles de los descendientes del tronco Gabino Guzmán Caba, nuestro abuelo.
La unidad familiar es la base de toda sociedad, siempre que tenga como norte, entre otros valores, respeto, integridad y temor a Dios
En esta ocasión nos sentimos regocijados en un reciente encuentro coordinado por los sobrinos nuestros, quienes siguiendo el ejemplo de nosotros los mayores, compartieron recientemente en la casa de esos finos anfitriones que fueron mi sobrino Jorge Polanco Taveras y su prestante y dinámica esposa Jennifer, donde su liderazgo familiar logró reunir a todos los primos Taveras del Tronco de Mauro Taveras López y Carmen Guzmán Taveras, mis suegros, donde tuvieron la oportunidad de presentar a sus respectivas parejas, en un encuentro que nos confirma que se debe predicar con el ejemplo y cultivar la Unidad Familiar. En hora buena y que se repitan estas fiestas del amor a la familia.
