Opinión

Uno de seis

Uno de seis

Orlando Gomez

Somos uno de solo seis países de todo el mundo donde aún se penaliza la interrupción del embarazo por cualquier motivo. Las razones de política de Estado detrás de esto no son claras, hay una alta incidencia de embarazos adolescentes, alta mortalidad materna, los feminicidios provocados por la dependencia creada por embarazos no deseados es una vergüenza nacional, y en las últimas décadas de prohibición del aborto no ha habido una sola condena por interrupción anticipada del embarazo no obstante en el país se realizan docenas de miles cada año.

Todo lo anterior debería apelar al sentido común de los hacedores de políticas públicas de nuestro país, sin embargo, aquí seguimos, debatiendo el levantamiento de una prohibición que no tiene sentido en pleno Siglo XXI. Unos 189 países del mundo ya comprendieron el absurdo detrás de una prohibición que no sólo atenta contra un derecho humano fundamental, como lo es el derecho básico a la autodeterminación sobre nuestros cuerpos y nuestra dignidad, sino que lanza a la clandestinidad una situación que es fundamental para la salud pública.

Somos uno de solo seis países en todo el mundo donde se cree, sin ninguna evidencia que lo soporte, que el levantamiento de la prohibición a la interrupción del embarazo va a convertir la práctica en una especie de industria donde todas las mujeres querrán interrumpir su embarazo por cualquier razón. Y lo creen no obstante existen 189 ejemplos en todo el mundo demostrando que esto nunca ha sido el caso, y es altamente improbable que en un país como República Dominicana, con una población altamente cristiana, vaya a ser diferente.

Somos apenas uno de solo seis países del mundo donde se cree que el levantamiento de una prohibición implica un mandato a hacer lo que antes estaba prohibido. Que se permita la interrupción del embarazo no implica que usted esté obligado a hacerlo. Si sus convicciones cristianas le ordenan a llevar a término un embarazo no obstante haya sido resultado de una violación, o peligre su vida o que el feto sea inviable, usted seguirá siendo libre de llevar su embarazo a término, ese es su derecho y su problema.

Seguimos siendo uno de apenas solo seis países del mundo donde nuestros políticos creen que las iglesias cristianas y católicas realmente tienen relevancia electoral al punto de apelar a ellas para obtener votos.

En las elecciones pasadas varios partidos apostaron al populismo cristiano en nuestro país, entre ellos el PQDC y la FNP, y a pesar de sus posturas muy religiosas entre ellos no obtuvieron combinas siquiera un 1% del voto. En ambos casos ninguno de esos partidos obtuvo más votos a nivel nacional que la candidatura a síndico por el Distrito Nacional de Karim Abu Naba. Las preocupaciones de las iglesias no mueven votos; la economía, la lucha contra la criminalidad y las políticas fiscales es lo que mueve votos.

Los observaciones del Poder Ejecutivo al Código Penal han sido enviadas a comisión por la Cámara de Diputados. Nunca he sido muy deferente con los legisladores dominicanos y sus peripecias, por ello apelo a que al menos en esta ocasión me demuestren equivocado, y me callen la boca sacándonos del reducido listado de seis países en el mundo que siguen pretendiendo vivir en la era de las cavernas.

El Nacional

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