En medio de la tensión que ha creado la amenaza de intervención militar en el conflicto sirio, ha llegado una noticia de Estados Unidos que no puede ser más estimulante. No se trata de que Washington haya abandonado definitivamente sus planes de atacar al presidente Bashar el Asad ni de nada por el estilo.
Se trata de la apuesta de la agencia espacial Nasa sobre el éxito de dos drones (aviones no tripulados) reconvertidos en rastreadores de tormentas tropicales y huracanes. Con los aparatos, capaces de volar durante 30 horas sin interrupción a 21 mil metros de latitud y diseñados para misiones de reconocimiento en todo el mundo, se procura desentrañar los secretos de las gigantescas depresiones atmosféricas y mejorar las previsiones meteorológicas.
Los dos aviones, que pueden cubrir una gran parte del Atlántico y el Pacífico en una sola misión, ya están en el espacio, en procura de detectar las formaciones meteorológicas. Una buena noticia y una buena misión.
