SANTIAGO. La Conferencia del Episcopado Dominicano, a través del semanario Camino, saludó la participación de los candidatos presidenciales de los partidos Revolucionario y de la Liberación, en el encuentro del pasado martes auspiciado por la Asociación de Industriales de la República Dominicana.
En su editorial correspondiente a la edición que circulará a partir de este domingo, titulado Positivo, el vocero escrito de la Iglesia Católica estima que la participación en la actividad de Hipólito Mejía y Danilo Medina envía a la población un mensaje de concordia y armonía en tiempos de tensión.
Luego de considerar la iniciativa de esos industriales, de unir en un mismo escenario a esos líderes políticos, Camino precisa que se produce cuando la comunidad nacional atraviesa por momentos de violencia que necesitan ser apaciguados.
Y nadie mejor que los líderes políticos, que tienen miles de seguidores, para hacer aportes tangibles a favor de la paz en este laberinto tormentoso de inseguridad y descomposición social que vivimos, agrega el editorial.
Critica, sin embargo, el inicio a destiempo de la campaña electoral. Camino estima que la misma tiene que caracterizarse por propuestas y planes de gobierno que permitan a los ciudadanos conocer dónde estaría el mejor futuro para el pueblo.
Aquellos procesos electorales marcados por la insensatez, el verbo incendiario, la discordia, el odio, las descalificaciones personales, y la expresión de las pasiones más viles que sólo conducen al caos y la desintegración, tienen que ser parte de ese pasado triste y vergonzoso de nuestra historia, caracterizado por la intolerancia, agrega Camino.
El vocero escrito de la Iglesia Católica es de opinión de que los nuevos tiempos exigen estrategias innovadoras, para llegar a los votantes cada vez más escépticos ante las palabras gastadas de sus dirigentes.
Este encuentro organizado por la AIRD debe abarcar a los demás candidatos presidenciales, quienes tienen ideas frescas, novedosas y viables que enriquecen el debate electoral y ayudarían a la construcción de la nación que merecemos, concluye.