Opinión

Verdugos por veinte pesos

Verdugos por veinte pesos

La acción detestable y brutal realizada la pasada semana por el chofer Tulio Cuevas, es un acto delictual grave y macabro, cometida con saña contra el indefenso adulto de 75 años, Ramón Julio Ortiz Guerrero, en esta ciudad.

De acuerdo a versiones de personas que montaban dicho autobús, a la víctima se le había extraviado en uno de los bolsillos el dinero con el cual pagaría el servicio por la suma de veinte pesos. Más en actitud maledicente, el chofer Cuevas, un hombre corpulento cargó al anciano, lo alzó y lo lanzó al pavimento, sufriendo la víctima golpes contusos en el tórax y lumbar.

Gracias a un video difundido en las redes sociales se ve cuando el chofer no solo lanza a Ortiz al pavimento sino que también le dice palabras grotescas y obscenas, ofensivas a la dignidad humana.

Por veinte pesos un hombre se encuentra en estado delicado de salud y sus familiares sufriendo en carne propia el salvaje hecho que ha consternado a toda la colectividad nacional.

Ahora corresponde enjuiciar a Cuevas, además cancelarle la licencia de conducir de por vida, ya que constituye una amenaza y peligrosidad para los usuarios del transporte y también remitir a la justicia el referido vehículo como cuerpo del delito.

No solo se podría calificar de tentativa de homicidio, sino de la comisión de acto de barbarie en perjuicio de Ramón Julio Ortiz Garrido y sino como se ha hecho hasta ahora de presunta violación a los artículos 309 del Código Penal. En nuestro gran país se continua perdiendo el principio de la solidaridad, el respeto a los adultos y ancianos, a la niñez, a la mujer y a los valores humanos porque lamentablemente aquí se irrespeta casi todo, como si viviesen en una selva no en un país semicivilizado, donde imperan los principios, las leyes, la Constitución y los poderes públicos legalmente constituidos.

El salvajismo de Julio Cuevas se puede calificar también como barbaridad, bestialidad, atroz, feroz, crueldad, canibalismo de un hombre cobarde y abusador que al parecer no tiene sentimientos por su padre, abuelo y la sociedad.

El atentado a uno solo es una amenaza a toda la sociedad.

El Nacional

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