Opinión

Visión cooperativista

Visión cooperativista

La cuestión de la regulación de las cooperativas se ha puesto de nuevo en el tapete a partir de la divulgación del encuentro entre el gobernador del Banco Central, licenciado Héctor Valdez Albizu, y los directivos de la Asociación de Instituciones Rurales de Ahorro y Crédito (Airac), a partir de planteamientos internacionales que se dice pesan sobre el país a fin de lograr una supervisión oficial de la actividad de las cooperativas. Da la impresión de que en el caso, cuando menos, existe una falta de información y orientación integral para lograr esa regulación de las cooperativas.

En primer lugar, la entidad que representa el sector cooperativo es el Consejo Nacional de Cooperativas, institución que engloba la mayor cantidad de empresas de este tipo en el país, y con la cual no se ha producido un encuentro a iniciativa del Banco Central. Ahí está la primera inconexión.

No se pretende descalificar a Airac como entidad para dialogar lo que se entienda conveniente, pero un acuerdo sobre regulación de cooperativas, debe primar con la entidad que las representa de acuerdo con la ley.

En Airac hay excelentes dirigentes e instituciones y representan una parte de las cooperativas, algunas de tremendo empuje empresarial y modelos de eficiencia en sus servicios de ahorro, préstamos y otros planes, que incluyen responsabilidad social.

En segundo lugar la falta de comunicación entre estos sectores se produce porque no ha habido un planteamiento de qué es lo que o quien, impone por mandato internacional la regulación de las cooperativas. Informar con claridad sobre este punto seria crucial.

El Banco Central tiene el deber de invitar al CONACOOP a un encuentro para, en el mejor ambiente de diálogo posible, revisar a fondo el tema, dar la información que le lleva a impulsar ese propósito de regulación y discutir con los dirigentes cooperativistas sobre su viabilidad y la forma de aplicarlo, en caso de llegar a ese acuerdo. Así se hace en los ambientes marcados por la democracia y la transparencia.

Se impone recoger expresiones innecesariamente agresivas e injustas como la que sindica a las cooperativas como “la sombra de la banca”. Las cooperativas dominicanas no son sombra de la banca. De hecho, son un ejemplo para la banca financiera formal.

El Nacional

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