Opinión

VISIÓN GLOBAL

VISIÓN GLOBAL

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 El presidente mexicano Carlos Salinas de Gortari (1988-1994), marchaba sobre rieles hacia la dirección de la naciente Organización Mundial de Comercio (OMC) cuando entregara el gobierno en diciembre de ese último año.

 Era el candidato patrocinado abiertamente por los Estados Unidos, media Europa, gran parte de América Latina y otras regiones que lo valoraban como un excelente gobernante.

 Y es que Salinas había sido un buen aliado de los sectores que consideran el mejor presidente es aquel que privatiza más negocios estatales y reduce la acción del gobierno en la economía.

 En un escenario en el que los privatizadores latinoamericanos eran los aliados perfectos, el ex presidente mexicano era una ficha clave para imponerlo en la OMC.

 Solo que, como decimos en los campos dominicanos, “una cosa piensa el burro y otra quien lo apareja”, al entregar el gobierno, a Salinas le vino el mundo arriba, cuando se dieron a conocer parte de las muchas diabluras que eran consustanciales a la propia dinámica gubernamental del Partido Revolucionario Institucional (PRI).

 Y adiós dirección de la OMC.

 Aunque el contexto no sea el mismo, uno puede intuir que en la República Dominicana se ha ido dibujando un panorama parecido para crear una especie de “efecto Gortari” respecto del ex presidente Leonel Fernández.

 Y eso tiene dos razones, una interna y otra externa. La interna tiene que ver con lo que todavía es una simple conjetura, es decir, la posibilidad de que Fernández dejara sus amarres para un regreso triunfal en 2016.

 Esto es posible que sea un secreto a voces o un panorama prefigurado, partiendo de que al doctor Fernández se le atribuye haber abandonado el Palacio Nacional con tanto o más poder que Trujillo cuando colocaba un monigote en la Presidencia.

 Por tanto, aguarle la fiesta antes de empezar no sería extraño para sus opositores, si además aparecen cuantas cabezas huecas sean posibles, y aquellas que no lo sean tengan tanto resentimiento hacia el líder peledeísta que puedan prestarse a cualquier cosa.

El Nacional

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