La seguridad ciudadana es uno de los temas de mayor interés para la población dominicana, por tratarse de un aspecto que afecta a todos los habitantes del país, hayan sido o no víctimas de un hecho delictivo. El gobierno actual ha adoptado medidas para enfrentar el problema, pero la ciudadanía percibe que la delincuencia ha desbordado la capacidad de las autoridades.

Con la implementación de Barrio Seguro, acciones policiales, incluyendo tímidos operativos de desarme, y otras disposiciones, el gobierno ha tratado de conjurar el flagelo.

Sin embargo, la delincuencia sigue y a veces se aparenta que los malhechores son los dueños de la calle. Y eso es fatal aunque no sea cierto.

Durante la campaña electoral pasada, Danilo Medina abordó con suficiencia el problema y adelantó su disposición de enfrentarlo desde su raíz.

Para apuntalar ese propósito, el presidente electo visitó Colombia para conocer como ese país logró devolver la seguridad a sus principales ciudades.

Y como una forma de demostrarlo acaba de volver a ese país con el propósito de adelantar acuerdos que pondría en práctica desde que asuma el poder en agosto.

Pero a las políticas públicas en materia de lucha contra la delincuencia hay que agregarle elementos más eficientes, científicos y que proporcionen un verdadero control del delito.

La parte que no se ha implementado puede encontrarse en el control de las armas de fuego, es decir, que se sepa con datos o no por suposición, quiénes-civiles, militares o policías-tienen esas armas.

Esto se lograría mediante un registro minucioso de las armas, huellas digitales de los portadores, de las balas y un banco de información más allá de los simples datos requeridos cuando se emite una licencia.

La tecnología para establecer ese banco de información y control está disponible.

Estoy seguro de que el presidente Medina no escatimará esfuerzos ni recursos para ejecutar las acciones que disminuyan sensiblemente la delincuencia y que ayuden a que sus políticas de lucha contra ese mal social tengan éxito.