El ejercicio del periodismo en la República Dominicana ha pasado -como todo en la sociedad- por diferentes etapas, cada una de las cuales ha tenido sus altas y sus bajas, pero en definitiva cada una, al mismo tiempo, ha jugado su papel.

No hay que teorizar mucho para ubicar rápidamente como la más brillante aquella que permitió a los comunicadores sociales o periodistas desempeñar papeles estelares en la lucha por las libertades públicas a partir de la desocupación militar del territorio nacional en 1966.

Desde esa fecha y hasta el año 1978, los periodistas pueden sentirse orgullosos de ejercer un oficio que algunas veces se le considera sacerdocio, pero otras muchas se le vio (Made in USA) como aliado de la subversión.

Y la etapa más penosa, no hay que buscar mucho para encontrarla: la actual.

En la etapa intermedia entre aquélla y ésta se encuentra una que puede ser considerada como la del razonamiento, con los medios dirigidos por profesionales de mucho carácter, sentido ético, entrega, visión, desprendimiento y sobre todo honradez.

Muchos de ellos han formado parte de las tres épocas, pues todavía son los directores de los medios-fundamentalmente de los impresos-, por lo cual es en éstos donde menos desaprensiones se cometen.