Opinión

Visión Global

Visión Global

         Uno de los problemas fundamentales que aquejan al Partido Reformista social Cristiano desde el fallecimiento de su líder histórico Joaquín Balaguer, es que no ha podido desarrollar una política coherente.

         Producto de esa falta de coherencia fue la alianza que pactó con el Partido Revolucionario Dominicano para las congresuales de 2006, acuerdo que suponemos debió dejarle una gran lección.

         Luego en 2008 el PRSC se batió entre el zigzagueo y la incertidumbre, hasta el punto de que su votación sucumbió hasta un ridículo 4 y pico por ciento, cuando había sido una organización que en el peor de los casos (año 2000, 24%) había acumulado votaciones significativas.

         Lo que acontece actualmente con el pataleo de Amable Aristy Castro -candidato senatorial ganador en la provincia La  Altagracia, mas no senador- es  producto de esa penosa incoherencia.

         Si el PRSC tuviera definida una estrategia política de cara a las próximas elecciones de  2012,  probablemente no se estuviera dando el escarceo que lleva a cabo el secretario general de la Liga Municipal Dominicana.

         Y me explico: como el PRSC no tiene definido nada serio en materia electoral, al Senado  le daba igual elegir a Félix Vásquez, Prim Pujals o Adriano Sánchez Roa para miembro del Consejo Nacional de la Magistratura, aunque Pujals y Sánchez Roa fueron incluidos en la boleta del PLD a contrapelo de Carlos Morales Troncoso, presidente del PRSC, que no los quería en la alianza.

         La razón es  simple: el PRSC anochece  abogando por la reelección del presidente Leonel Fernández y amanece  anunciando que trillará su propio camino en 2012.

         A ello se debió que Ramón Rogelio Genao, enviara al Senado una comunicación en la que anunciaba la designación de Vásquez como vocero de la bancada del PRSC.

         Esa  comunicación, al margen de  los aspectos legales, le quita todo argumento a Amable, que por lo demás su afán de ser miembro del Consejo de la Magistratura encierra otros aspectos.

Con ese nivel de sinuosidades es difícil que ningún partido llegue lejos.

El Nacional

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