Opinión

Vision Global

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Duvalier y Aristide

          Desde hace varios meses había sostenido el criterio de que el deterioro de la situación política e institucional de Haití, agravada con los efectos del terremoto y el brote de cólera, deja a ese país con pocas opciones para intentar salir de esa crisis.

         Y  que ante el descrédito creciente del liderazgo, parecería que sólo dos individuos estaban en condiciones de revertir un poco esa tendencia hacia lo impredecible: Jean-Claude Duvalier  y Jean-Bertrand Aristide.

         Alguien podrá pensar que estoy alucinando. Es posible, pero las naciones en las condiciones en que ha caído Haití generalmente tienen pocas salidas, y  esas pocas suelen ser extremas.

         El hijo del médico rural Fancois-Papa Doc-Duvalier se hizo con la herencia, no sólo de la Presidencia de su padre, sino de las raíces sociales que sembró el viejo etnólogo que le permitieron gobernar su país por catorce años hasta que bajó a la tumba.

         Baby Doc gobernó en las mismas condiciones de su padre por otros 15 años hasta ser echado  por una parte del pueblo al que la familia Duvalier había explotado, atropellado  y de alguna manera masacrado durante 29 años, pero que al mismo tiempo había  de alguna forma ayudado.

         Eso no se borra tan fácilmente.  De ahí el antagonismo rabioso que genera Baby Doc (que ya no es baby) en la población haitiana. Creo que en el momento que sea-no muy dilatado-los haitianos recurrirán a Duvalier para que los gobierne.

         Lo mismo se puede decir del ex presidente Aristide. Es un individuo frente al cual no se puede ser indiferente. Aristide tiene una enorme influencia sobre las masas, las cuales probablemente lo elegirían si se le permitiera presentarse.          No dudo que lo mismo harían con Duvalier.

 

      Duvalier regresó a Haití, lo procesarán y posiblemente sea regresado de nuevo al exilio del que regresó inesperadamente.

 

        Aristide está en el exilio a donde fue enviado por los norteamericanos cuando al parecer ya no les servía, pero no duden que en cualquier momento tenga que regresar.

 

        Y es que cuando los países llegan al caos, siempre miran hacia una mano fuerte.

El Nacional

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