Opinión

Vivencias cotidianas de allí y aqu

Vivencias cotidianas de allí y aqu

Perder grasa “tiritando”
Estudios divulgados hace ya casi una década manifestaron que los adultos poseen una grasa de color pardo que, en lugar de acumular lípidos como lo hace la blanca, quema calorías.

Se sabe que los lactantes poseen esa grasa parda que les sirve para producir calor y evitar la hipotermia. Pero la ciencia siempre creyó que los humanos adultos no la tenían.

Sin embargo, los oncólogos suelen localizar los tumores buscando tejidos que consumen muchas calorías. Eso les llevó a descubrir que hay zonas del cuerpo adulto que, sin ser cancerosas, queman muchas más calorías que otras: las zonas con grasa parda, que se encuentran a lo largo del cuello y las clavículas.

Las células de grasa marrón, “adipocitos marrones”, son diferentes de las de grasa blanca. Son ricas en mitocondrias que actúan como pequeñas centrales eléctricas de las células. Para permitir a la célula cumplir sus funciones, dichas mitocondrias no producen energía celular, sino que generan calor: “termogénesis”.

El doctor Paul Lee, del Instituto de Investigación Médica Garvan, en Sidney, explica que “el interés por el control de la grasa parda ha aumentado ampliamente en los últimos años ya que su capacidad para quemar energía lo convierte en un medio terapéutico que combate la obesidad y la diabetes”. Sus investigaciones han demostrado que 50 g de grasa parda permiten quemar hasta 50 g de grasa blanca al día.

Además, las personas que poseen mucha grasa marrón también producen menos glucosa en sangre, por lo que dicha grasa permite luchar al mismo tiempo contra la obesidad y la diabetes. Debido a la importancia de este hallazgo, la ciencia ya se ha puesto a buscar una fórmula que permita generar grasa parda en organismos adultos. Una buena noticia es que no es necesario ningún fármaco para ayudar a las células de grasa blanca a convertirse en células de grasa parda.

Diversas investigaciones demuestran que es posible aumentar las cantidades de grasa marrón meramente llevando menos ropa de abrigo, durmiendo a una temperatura más fresca e incluso llegando a tiritar.

Permanecer durante 10 ó 15 minutos diarios a una temperatura fría como para que ésta le haga tiritar aumentará tanto sus niveles de grasa parda como el ejercicio físico moderado pues, tiritar de frío es una reacción natural de contracción de los músculos para producir calor y calentar el cuerpo cuando la temperatura es baja.

La mutación de la grasa blanca en parda se produce bajo el efecto de una hormona, la irisina, descubierta por investigadores de la Universidad de Harvard en el 2012 y es generada por los músculos mientras se realiza ejercicio físico, pero también mientras se tirita de frío. El efecto es aún más notable en aquellos que se acostumbran a vivir, y sobre todo a dormir, a una temperatura fresca.

Un estudio publicado en el 2014 en la revista Diabetes asegura que dormir en una habitación a 19º C aumenta entre un 30 y un 40% la cantidad de grasa parda, mientras que por el contrario dormir a 27º C la reduce. Durante el día, mantener la temperatura de las estancias en 19º C es más que suficiente.

Fatalmente la tendencia actual es caldear cada vez más los ambientes, poniendo el termostato a 22º C, una temperatura que disminuye notablemente los niveles de grasa parda y provoca un aumento de peso.

El Nacional

La Voz de Todos