Opinión

Vivencias cotidianas de allí y aqui

Vivencias cotidianas de allí y aqui

La verdad es que estos dos refranes, muy comunes en España, no los he escuchado en República Dominicana. Es posible, empero, que muchas personas los conozcan.

Sea como fuese, a mi modo de ver, es interesante el saber qué significan y de donde proceden, al igual que otros muchos que enriquecen la lengua española.

El primero se refiere a cuando alguien ha cometido una falta, o ha mentido, y es descubierto. No tiene por qué tratarse de nada excesivamente grave. Podría ser la típica chiquillada propia de un adolescente a quien se le ha prohibido salir, por ejemplo, y desobedece. Si alguno de sus progenitores le descubre es muy posible que le diga “Se te va a caer el pelo”, es decir, va a recibir un castigo.

Sin embargo, también podría tratarse de alguna cosa altamente peliaguda, como lo es el sufrir una persona una fuerte condena por algún delito.

Un ejemplo ilustrativo podría ser cuando la policía agarra a unos ladrones mientras salían después de haber robado un banco. En ese caso, y de peor manera, como es lógico, “se les va a caer el pelo”. Serán juzgados y muy probablemente condenados.

“Caérsele a uno el pelo” no es, pues, otra cosa que recibir un castigo por algo malo o incorrecto que ha hecho cuando se he descubierto.

El segundo refrán al que me refiero va muy unido al primero, aunque la mayoría de las personas lo desconoce.

Hace alusión a un personaje típico de nuestra lengua coloquial.  Picio era el apodo  con el que se conocía a un zapatero oriundo de la villa granadina de Alhendín.

El pobre hombre, a principios del siglo XIX, fue condenado a muerte por un delito que no había cometido. Aunque, tras pasar no pocas vicisitudes y sufrimientos, al parecer fue indultado a última hora.

Pero mientras pesaron sobre él las garras de la ley, Picio fue presa de tal pánico que se le cayó completamente todo el pelo y su cuerpo se llenó de pústulas. De ese tremendo acontecimiento, de esa terrible experiencia sufrida, proviene su consabida fealdad.

Por ello, cuando se quiere señalar que alguien es muy feo, se utiliza la frase “Es más feo que Picio”.

He de aclarar que numerosas personas, me atrevería a decir que la mayoría de las que utilizan este dicho, ni siquiera conocen la existencia de ese desventurado personaje. No obstante, ambos refranes son muy frecuentes en España.

El Nacional

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