Opinión

Vivencias cotidianas de allí y aquí

Vivencias cotidianas de allí y aquí

Enrique Gabriel, director, en el Festival de Cine RD

Se celebra, ahora, la cuarta edición del Festival de Cine de República Dominicana y me siento orgullosa y complacida por ello.

Al mismo, ha sido invitado Enrique Gabriel Lipschutz, del que prometí volver a hablar.  Presenta su interesante documental  titulado “La pérdida”.

Le conocí en el año 1987 y de nuestra unión nació Nicolás, nuestro hijo de dieciocho años.  Ahora, Enrique, está felizmente casado con una mujer a la que aprecio mucho y que es productora ejecutiva: Lina Echeverri.

Enrique nació en Buenos Aires el 7 de noviembre de 1957 y se trasladó a España en el 1974, junto a sus padres y hermanas, Elena y Masha. A continuación, durante algunos años, fijó su residencia en Paris, regresando después a Madrid.

Durante un rodaje, conoció a la actriz británica Lesley Anne Down con quien contrajo un matrimonio que no duró mucho tiempo.

Nacido en un hogar en el que la inquietud por toda expresión cultural ha sido relevante, Enrique escribe guiones en tres idiomas: español, francés e inglés.  Su padre, Isidro, un hombre entrañable, fallecido hace algunos años, era un reconocido periodista. Su madre, Lucía, una señora a la que adoro y admiro, es escritora y hasta llegó a traducir, del ruso al español, nada menos que “Archipiélago Gulag”.  Me encanta que mi Nicolás sea nieto de estas dos maravillosas personas.

Cuando conocí a Enrique luchamos por conseguir que uno de sus guiones, un largometraje, se proyectara en la gran pantalla.  En el 1992, después de gran esfuerzo, dedicación y trabajo, se estrenó, al fin, “Krapatchouk”.  Les invito a que lo vean y se deleiten con una trama inesperada, dramática y divertida al mismo tiempo.

Le siguió la realización de otros films no menos interesantes:  “En la puta calle”, “Las Huellas Borradas”, “Suspiros del corazón” y, por último, “Vidas pequeñas” que acaba de proyectarse en el prestigioso Festival de Cine de Valladolid, con gran éxito.

 Aunque nuestra relación como pareja no funcionó, nuestro vínculo como seres humanos y amigos ha resultado ser un éxito absoluto y un gran aprendizaje en la vida.

El Nacional

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