Opinión

Vivencias cotidianas de allí y aqui

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¿Qué es la Ley Jante?

Aunque muchos la desconocemos, y a pesar de ser bastante antigua, de modo inconsciente la seguimos aplicando en nuestras vidas. Hacia la segunda mitad del siglo XIX los daneses elaboraron un código de ética social, que hoy en día se sigue respetando, y lo apelaron “Ley de Jante”. Con él se pretendía definir la identidad nacional maltratada por los incesantes conflictos armados con sus vecinos germanos, suecos, noruegos e ingleses, cuando Dinamarca se mantuvo como aliada a la monarquía liderada por Bonaparte. Obedecía a la búsqueda de un rígido sistema de ordenamiento socio-económico cuyo fin era mantener el bienestar de la población mediante la cooperación, la solidaridad y la cautela interna del individuo. Por medio de este sistema todos se convertirían en vigilantes de todos, mantendrían la estabilidad del reino y de sus súbditos. Posteriormente, esta sistemática fue reformada y obtuvo así un carácter intemporal.

La Ley de Jante, o como se dice en sueco, Janteslag, es un código de ética que los suecos adoptaron y y que impregna su actitud social. Aunque es casi ya nulo, aún está muy calada en la población de edad mayor y algo por la población adulta pero ya no tanto entre la más joven. Sus escalofriantes “mandamientos” vienen a ser, más o menos, los siguientes:

1. No habrás de creer que eres alguien o algo especial.

2. No habrás de creer que eres tan bueno como nosotros.

3. No habrás de creer que eres más inteligente que nosotros.

4. No habrás de creer que eres mejor que nosotros.

5. No habrás de creer que sabes más que nosotros.

6. No habrás de creer que eres superior a nosotros.

7. No habrás de creer que tú bastas para algo.

8. No habrás de reírte de nosotros.

9. No habrás de creer que alguien se preocupa por ti.

10. No habrás de creer que puedes enseñarnos algo.

Dicha ley estipula que las cosas deben hacerse con la máxima perfección, no acepta nada que sea peligroso para la estabilidad del reino. Su punto culminante, que considero incluso neurótico, lo encontramos en una sentencia que ordena: “Nunca hagas alarde de lo que tienes, o de lo que hayas conseguido con tu éxito pues será considerado de mal gusto y de falta de humildad”. Si nos fijamos en las obras “Casa de Muñecas” y “El Pato Salvaje” de HenrickIbsen, notaremos cómo la ley era esencial para la vida de cualquier danés respetable y honorable. Estos credos éticos también podemos apreciarlos en el Código de Hammurabí que, además de aplicar la Ley del Talión, recoge una larguísima lista de decretos fundamentales para la convivencia diaria.

El Nacional

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