Opinión

Vivencias cotidianas de allí y aqui

Vivencias cotidianas de allí y aqui

La búsqueda de aprobación

Uno de los grandes bloqueos/problemas mentales a los que debemos enfrentarnos en la vida, de forma inconsciente la mayoría de las veces, es este. Es necesario, pues, para encontrar la plenitud, el tomar conciencia del mismo y trabajar para desterrarlo porque puede resultarnos altamente nocivo.

La búsqueda de aprobación externa más que una necesidad supone un deseo. A todos nos gusta que nos quieran y alaben. Pero esa búsqueda de aprobación externa puede resultar negativa porque uno puede sentirse feliz únicamente con el apoyo y la aceptación de los demás. Y puede derrumbarse psicológicamente en caso de no obtenerla.

La necesidad de la aprobación de otros puede no ser mala para triunfar en cualquier campo. Pero, cuidado, se puede convertir en un problema cuando es algo por lo que, para sentirnos bien, la necesitemos en cada acción que emprendamos. Si uno sufre de ese tipo de necesidad, se estará incorporando a una imagen de persona inexistente que terminará auto rechazándose.

Hay que deshacerse de la necesidad de aprobación pues es imposible vivir en este mundo sin inducir la desaprobación ajena.

Uno sacrifica su verdadera identidad por los dictámenes y criterios de los demás. Para evitar la trampa de la búsqueda de aprobación, que concede el control de tu persona a la opinión de los demás, es trascendental examinar los factores que la impulsan.

Se trata de una actitud inmadura que hace que uno le dé más valor a las opiniones de los demás que a la propia. Fomenta emociones tóxicas de culpa y de autocompasión. No permite hacerse responsable de su propia vida.

Para poder liberarse de ella hay que aceptar que cada persona tiene derecho a opinar libremente sin que eso influya en nosotros. Hay que tomar conciencia de que lo único que produce un resultado sobre uno mismo es lo que uno piensa sobre sí mismo. Aquí y ahora.

Si alguien no está de acuerdo con nuestras ideas no deberíamos enfadarnos. Podemos decirle que lo pensaremos, que respetamos su opinión, pero que, de momento, no la compartimos. Si sus críticas te disgustan, no luches contra ellas, ignóralas o tómalas como información que podría serte útil. Permanece sereno y da las gracias. Si uno se habitúa a ser agradecido por las críticas, poco a poco, irá molestándose menos. Hay que evitar el indicar “muletillas” como lo son -¿no? ¿sabes? ¿verdad?- que indican inseguridad.

Tengamos, pues, cuidado con nuestra forma de expresarnos ya que puede influir en nuestro subconsciente y, por lo tanto, en nuestras vidas.

El Nacional

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