Opinión

Vivencias cotidianas de allí y aqui

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Las obsesiones

Hay personas que se quejan de ellas y creen ser incapaces de liberarlas de su mente. Algunos declaran que no pueden hacer algo sin un ritual diario que les produce una sensación de seguridad.

El trastorno obsesivo-compulsivo se caracteriza por presentar pensamientos de ansiedad que uno siente que no puede controlar. Si usted lo padece puede estar plagado de imágenes constantes indeseables y por la necesidad de celebrar ciertos ritos.

Estar obsesionado con los gérmenes en cuyo caso se lava las manos frecuentemente, reconfirmar todo repetidamente. Estar inquieto por pensamientos de violencia. Temer hacer daño a las personas cercanas. Pasar períodos de tiempo tocando las cosas o contando; estar preocupado excesivamente por el orden, tener pensamientos firmes de llevar a cabo actos sexuales que le son repugnantes, etcétera.

Pensamientos e imágenes preocupantes son obsesiones y los ritos para disiparlas son impulsos compulsivos que se siente obligado a hacer para sentir un descanso temporal.
Se diagnostica el trastorno únicamente cuando dichas actividades consumen lo menos una hora al día, son angustiosas o interfieren con la vida diaria.

Muchos con este problema de salud reconocen que lo que están haciendo no tiene sentido pero no pueden evitarlo. Otros no pueden comprender que su actitud no es normal.

El TOC afecta a hombres y a mujeres aproximadamente en igual número. Puede surgir en la niñez, en la adolescencia o en la edad madura. Como promedio se detecta en los jóvenes o en los adultos jóvenes. El curso que sigue la enfermedad es variable y puede ser hereditario.

Algunas personas con TOC sufren trastornos alimenticios e intentan evitar situaciones en las cuales tengan que retar sus obsesiones. Pueden tratar, sin éxito, usar alcohol o drogas para calmarse. Si se agrava seriamente puede interponerse entre una persona y su empleo o evitar que esa persona asuma responsabilidades normales en su casa.

Existen tratamientos que pueden beneficiar a las personas con TOC. Algunos individuos responden mejor a una terapia y otros requieren una distinta. Dos medicamentos que han probado ser efectivos en el tratamiento del TOC son la clomipramina y la fluoxetina. Otros son prometedores y podríán obtenerse en un futuro cercano.

La terapia de comportamiento también ha demostrado ser buena en el tratamiento del TOC. Consiste en exponer a la persona a lo que le causa el problema y luego ayudar al paciente a hacer a un lado el ritual diario; por ejemplo, hacer que el paciente toque algo sucio y después no se lave las manos.

Esta terapia frecuentemente tiene éxito en pacientes que completan un programa de esta terapia, aunque los resultados han sido menos propicios en personas con TOC y depresión.

El Nacional

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