Opinión

Vivencias cotidianas de allí y aqui

Vivencias cotidianas de allí y aqui

La masonería o francmasonería (I)
Es una entidad de carácter iniciático, filantrópico, filosófico y progresista, basada en el sentimiento de fraternidad, igualdad y libertad. Su objetivo es la búsqueda de la verdad y fomentar el avance intelectual, moral y el progreso social. Los masones se organizan en estructuras de base apeladas logias que pueden estar agrupadas en una organización de ámbito superior denominada “Gran Logia”, “Gran Oriente” o “Gran Priorato”. Orienta al escudriñamiento racional de las leyes de la naturaleza que va desde la representación geométrica hacia la abstracción metafísica.

Es filantrópica porque practica el altruismo y no está inspirada en la búsqueda de lucros personales. Sus esfuerzos están dedicados al progreso y felicidad de la especie humana, sin distinción de nacionalidad, raza, sexo ni religión. Es progresista pues enseña y practica la solidaridad humana y la libertad de pensamiento. Tiene por objeto la búsqueda de la verdad, desecha el fanatismo y aborda sin prejuicios todos los nuevos aportes de la invención humana, estudia la moral universal y cultiva las ciencias y las artes y no pone obstáculo alguno en la investigación de la verdad.

Los Masones: constructores de piedras: Este movimiento es considerado como la orden más grandiosa que alcanzó niveles mundiales. Al principio, las cofradías masónicas se limitaban a los trabajadores, que compartían sus secretos, mediciones, técnicas, etc. No obstante, cuando la Reforma Protestante, sobre todo en Inglaterra, estas fraternidades empezaron a aceptar hombres provenientes de sectores altos de la sociedad.

La construcción de una iglesia, un palacio o un edificio público podía durar décadas, tiempo que permitía a los albañiles establecer sólidos vínculos de amistad con sus compañeros. Cada gremio exigía a sus miembros a aceptar la autoridad de un gran maestro situado en el vértice superior de una sólida escala jerárquica.

La cofradía acogía tanto a los canteros, que convertían la piedra bruta en sillares como a los artistas que tallaban las esculturas y a los arquitectos que proyectaban la obra. El aspirante a ingresar en el gremio debía demostrar que su vida discurría de acuerdo con la virtud y las buenas costumbres, que era fiel a su esposa y cumplía con los deberes de su religión.

Tras ser admitido mediante una ceremonia ritual, el candidato se convertía en aprendiz quedando a cargo de un maestro que le enseñaba los secretos de la profesión hasta considerarlo apto para su ascenso a compañero, grado intermedio en la jerarquía de la logia. El año de 1717 dio lugar a la “Gran Logia” para Londres y Westminster, fruto de la unión de cuatro cofradías situadas en la capital inglesa. Seis años más tarde se conocería con el nombre de “Gran Logia de Inglaterra”.

Esta logia se convirtió en la predecesora de todas las uniones masónicas, y de ella surgieron las otras reconocidas. En 1725 se fundó la “Gran Logia de Toda Inglaterra” en York; y en junio del mismo año se creó en Irlanda, y al año siguiente en Escocia.

El Nacional

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