Opinión

Vivencias cotidianas de allí y aqui

Vivencias cotidianas de allí y aqui

Refranes y/o expresiones españolas, “¡A buenas horas mangas verdes!”
Esta expresión, que va poco a poco cayendo en desuso, se utiliza cuando alguna cosa muy esperada se produce o se presenta cuando ya no nos sirve en absoluto, o así lo creemos.
Pero ¿por qué eso de “mangas verdes”?

Así es como llamaban a los cuadrilleros de la “Santa Hermandad”, cuyo uniforme llevaba las mangas de color verde. Como solían llegar tarde, ya cuando los delincuentes se habían dado a la fuga, al no haberlos podido capturar, éstos quedaban impunes.

Obviamente estos retrasos llegaron a ser objeto de críticas y lamentos proverbiales y populares puesto que los susodichos tardaban tanto en acudir al lugar de los hechos que, cuando lo hacían, repito, los vecinos del pueblo hacía tiempo que habían resuelto el problema que se les había presentado. De ahí que, cuando se personificaban, la gente les reprochaba vociferando: “¡A buenas horas, mangas verdes!”.

Desde la Edad Media existía la “Santa Hermandad”, un tribunal cuya función consistía en juzgar y castigar los delitos cometidos fuera de los pueblos y ciudades utilizando un cuerpo de soldados que iba en cuadrillas y debía custodiar las inmediaciones de las poblaciones.

Se localiza esta expresión en el siglo XVII, aunque los “mangas verdes” tienen su origen a finales del siglo XV.
Según los cronistas de los siglos XVI y XVII este ejército se ganó a pulso la fama de impuntualidad.

Como afirma el libro de José María Iribarren “El porqué de los dichos”, esta expresión se dice de todo lo que llega a destiempo, cuando ha pasado la ocasión y ya resulta inútil.

A diferencia de nuestra actual policía, estos guardianes patrullaban de cuatro en cuatro, por eso lo de “cuadrillas”.
En un principio funcionaban bastante bien. Pero como la crisis y los abusos de poder no son exclusivos de nuestro siglo, este cuerpo degeneró de tal forma que acabó siendo más conocido por sus rapiñas que por su buen hacer.

La Reina Isabel I regularizó y ordenó esta institución en 1476, y puso al frente del tribunal al Duque de Villahermosa, a cargo de más de dos mil soldados.

Se asevera, como dice el tomo de Iribarren, que esta especie de “policía rural” fue muy eficaz en sus primeras épocas y que, posteriormente, cedió en disciplina y eficacia.

Por esta razón, se supone, el pueblo acuñó la expresión a la que me refiero y que es aplicable hoy en día por múltiples razones.
¿Cuántas veces hemos solicitado alguna ayuda que ha llegado cuando ya hemos podido solucionar nuestro problema por nuestros propios medios?

El Nacional

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